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_____El blog de los Cuarentones

CARTA A UN AMIGO

CARTA A UN AMIGO

Querido amigo, te voy a explicar, algo que me ocurrió hace ya mucho tiempo. Es una mala experiencia, con un final feliz.., la compartiré contigo como muchas otras que, ya antes, he compartido. Mi mala experiencia en realidad fue un mal sueño, una autentica pesadilla.
 
…. Era de noche y me veía perdida en la inmensidad del mar, a bordo de una pequeña embarcación, posiblemente un velero. En la embarcación sólo estaba yo, nadie más, la oscuridad era absoluta, y las olas enfurecidas me zarandeaban de un lado a otro, ni un solo reflejo, nada.., nunca me había sentido tan perdida, ni tan asustada. Mi corazón latía con fuerza, y mis ojos buscaban inútilmente un horizonte imperceptible. He de confesarte que la angustia se llego a apoderar de mí. Cerré los ojos y me abracé al mástil de mesana, me deje llevar por la corriente, pues me negué a luchar.., nada tenía sentido.
 
Así, por lo que puedo recordar, pasaron muchas horas, sentí como el frío penetraba en mi sangre y en mi voluntad, así permanecí, con la mirada perdida en, no sé que lugar… Allá, a lo lejos pude ver un punto de luz, era muy intensa, hizo que regresara en mí, me devolvió a este mundo empujada por la esperanza. Intente como pude dirigirme a ella, hacía la luz, .., pero estaba lejos, y el mar me apartaba cada vez más y más.., y, yo tenía frío. De nuevo me di por vencida, deje que las olas me arrastraran y que el destino se encargara del resto, me acomodé en mi dejadez y mi cuerpo acurrucado entre las ropas empapadas, espero y espero, hasta que mucho más tarde, la luz se hizo más y más intensa.

   

Era un faro, un inmenso faro, -un enorme cíclope-, pensé,.., me ofrecía su luz, como una mano amiga sobre las enfurecidas aguas. Al momento, un ruido aterrador, la embarcación había sido lanzada con toda cólera hacía los arrecifes. Todo quedó en mil pedazos y, yo seguía abrazada al mástil, perdí el conocimiento.., Sólo recuerdo que alguien recogió mi magullado cuerpo, lo envolvió en una manta, porque la manta seguía estando ahí,-en mis sueños- cuando desperté… No era un cíclope, mi salvador.., ni tan siquiera era un héroe, sólo era un hombre, un hombre corriente, sencillo,.., un hombre que me tendía su mano, mientras me ofrecía una taza de té y la más confortable de las sonrisas.

   

De ese hombre, con el tiempo, aprendí que navegar sin rumbo fijo, puede resultar peligroso..., me hizo olvidar el lenguaje agónico de los grandes obstáculos, que como gigantes me habían hecho zozobrar en un mar de dudas. Me envolvió con su cariño, como una suave manta y, me ofreció la seguridad de sus brazos, e hizo que mi alma volviera a sentir ese calor, que da pulso a la vida.., ese hombre fue, un faro en plena tempestad, él iluminó aquella tenebrosa noche.., y, lo que es más importante, me ofreció la posibilidad de ver de nuevo el sol.., pero esta vez con un impulso renovado, como nunca antes había sentido.- Gracias.
 
Ya ves, ¡por suerte!, tan sólo fue una pesadilla, con un final feliz.
 
Porque sé que no eres un héroe, tan sólo un hombre noble, sencillo..., te escogi para que fueras mi mejor amigo.
 
Feliz tarde de domingo,
 
-Rosamunda-

   

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