SIN SALIDA

Impotencia definida en el silencio y en la lucha diaria un grito sin convicción, la obligación del deber acuñado en aras de algo aprendido a fuerza de golpes o de falsos valores inculcados por aquellos mayores que nunca fueron capaces de alcanzarlos para si, consignas que ahora pesan como losas sacrificando tiempos de paz, parcelas felices, hacienda y escasos sueños. ¿Sacrificar el instante fugaz por ellos?.

Ver morir en vida de futuro a otros en el plazo eterno de cada día que transcurre y la impotencia que sangra querencias naturales hace pensar que otras muertes son más llevaderas.
Cada paso se convierte en obligación y llegado el tiempo de la noche ver que se está entregando cada prenda de abrigo, aun sabiendo que nadie acudirá a abrigar cuando se tiemble de frío. Pero no hay paso que no conduzca al siguiente y se van sucediendo las jornadas adentrándose en la espesura de un bosque desconocido del que no se conoce el retorno.

Y aun viéndolo no es posible negarse.

Ghélida 

26/6/2005