NO TE VEO PERO TE SIENTO, Y AL FINAL... HASTA TE QUIERO, O NO...
Shakespeare, en Hamlet, decía que sobre la tierra había más cosas de las que se alcanzan a percibir. Hablaba de la imaginación, pero casi todo lo fantástico o lo que simplemente no somos capaces de comprender suele ser invisible a los ojos humanos.
Es invisible la calidad de los afectos en el amor o en la amistad, es invisible el gesto que una persona hace a través de éste medio para que otra comprenda su apoyo y cariño, su fidelidad, su comprensión.
Son invisibles también los deseos de que a alguien le vaya bien en la vida y en el foro, los deseos de superación, la voluntad por seguir adelante, la alegría que día a día intentamos que los otros vean en nosotros, unas veces sintiéndola de verdad y otros como el que se toma una medicina.
Es invisible el dolor que nos llega desde alguno de los escritos que se cuelgan aquí, la soledad que se adivina, la amargura, la tristeza, la necesidad que se capta de querer contar a los demás el objeto de su dolor, la envidia o las ganas de hacer la puñeta a tal o cual nick. Es invisible el mismo Dios o el Ángel caído.
Todo lo realmente importante para el ser humano dentro de sí mismo suele ser invisible. Pero son cosas que han cambiado y marcado al mundo desde que es mundo. Y a través de la relación de un foro se aprende también a conocer a las personas aunque parezcan invisibles, porque lo intangible va dejando su huella, una huella que nos cala dentro, que acercamos a nosotros o no dependiendo de lo parecida que la otra invisibilidad sea con la nuestra, y al final y con el tiempo “aquello invisible” es tangible casi en nuestros afectos, tanto que muchas veces condiciona y altera nuestra propia vida fuera de aquí.
Cuando se lleva un tiempo aquí todas esas cosas invisibles, muchas de las que afuera pasarían desapercibidas o serian bien camufladas, aquí van haciéndose evidentes poco a poco, y en muchas ocasiones hasta es posible ver lo que hay dentro del corazón que escribe esas palabras, yo diría que en ocasiones hasta con más certeza que el propio dueño de ese corazón.
Pero en otras ocasiones, lo invisible nos juega una mala pasada y le damos un estacazo a alguien que simplemente pasaba por allí, porque lo invisible lleva al engaño con la misma facilidad que lo tangible.
Milaabc
26/09/2003
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