LA GRANDEZA DE LA NOCHE

Que sabia es la noche

Si te quedas inmóvil y escuchas la noche en el más absoluto silencio, te dejas llevar por su misterio y profundizas en sus secretos, sin darte cuenta, te adentrarás en el mundo de los pensamientos que como pluma en la brisa, te traslada a la más absoluta tranquilidad y sosiego. Son momentos de paz, de encontrar nuestro lugar en este mundo, de planificar el futuro con esperanza y sin agobios que puedan importunar. Horas, minutos y segundos en los que diferenciamos el bien del mal; tiempo, de corregir equivocaciones y defectos, de pedir al destino te guíe por el camino correcto, de suplicar a nuestra alma y cómo no, sin indiferencia, rogar para que nuestros deseos más íntimos, problemas personales y ajenos , se resuelvan con clarividencia y justicia.

!Qué bella es la noche! Mejor diría: "Mágica, oportuna y necesaria para hallar tranquilidad en la mente. Ella alberga un cúmulo de ilusiones venideras pensadas para el día de mañana y como ave viajera de la felicidad, deposita en el nido de la esperanza, todo lo que hemos querido ser y no somos, lo que hemos querido hacer y no hemos hecho. Encontramos nitidez de pensamientos, recordamos a quien amamos e intentamos comprender a quienes nos han hecho tropezar en nuestro largo caminar, aprendiendo con ello, el significado de la palabra perdón".

La noche te evade, te sumerge en ti mismo, te hace comprender lo que confuso tenías y te da respuestas eficaces ante los cambios y las cargas que se acumulan en nuestras vidas. Con paciencia y agudizando el oído, se escuchan los vientos favorables que te razonan la ecuanimidad.


Epicuro, hoy, amigo de la noche.


8/4/2005