LA TRANSMISIÓN DEL SABER

Las cosas de las que no somos conscientes, aquellas que no vemos, no existen para nosotros. El refranero popular recoge la idea: Ojos que no ven, corazón que no siente. Teoría sobre las cosas sabemos mucha, y aún sabiendo que existen las cosas, no existen para nosotros, si no las vemos.

Por ejemplo, una persona con autosuficiencia exacerbada, poder y seguridad material olvidará su condición de mortal -suele ocurrir así. Sabe esa teoría de que el hombre muere, pero eso no va con ella, no es conciente de que a ella también le atañe, así pues tal concepto no existe para ésta y suele desarrollar prepotencia.

Ver entraña un descubrimiento costoso, tan personal e íntimo, que es imposible transmitirlo a otros.

Pienso mucho en el aspecto de la transmisión del Saber. No se puede transmitir por medio de la palabra. La palabra puede llegar a ahondar en el pensamiento de otro y abrir en su mente un pequeño resquicio de luz, apenas un fino hilo, del que si tira e interioriza de forma personal podrá llegar a su descubrimiento individual, que no será exactamente igual al primigenio, pero será importante.

Hay cosas tan elementales, que las olvidamos. Por ejemplo que la existencia de cada uno de nosotros hace posible el Todo, que la existencia de la persona más pequeña puede cambiar el rumbo de otras personas y de los acontecimientos, que todos pintamos mucho o que la historia continuaría sin alguno de nosotros, pero ya no sería la misma.

Tolkien transmite, toca la consciencia. Me gusta mucho éste hombre y su obra. Es una obra llena de sabiduría tan elemental y sencilla como vital y primigenia para existencia humana. En este sentido siempre he dicho que supera a Cervantes, lo incluye. Si Quijote es el Hombre, Tolkien es la Humanidad y algo más.

Ná, me apetecía.

Buenos días.

Trancos62

4/1/2005

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