POR ECHAR UNA PELADILLA ANTES DEL CHOSPE (CONFIESOS)

Confieso estar a punto de dormirme sobre las teclas pero antes de cerrar he querido ver si se habían comido todos los turrones.

Confieso que no me encuentro por si acaso me asusto.

Confieso haber experimentado el placer desconocido de llamar cabrón a alguien en público, pruébenlo, relaja mucho y zanja una serie de deudas anteriores. Eso si... háganlo sin levantar la voz, es algo que impresiona más porque perder los papeles es como perder la razón en el enfado.

Confieso ser animal herido que prende fuego a diario al anterior pensamiento.

Confieso que el mundo de la comunicación es mi ideal, también mi mayor desencanto.

Confieso haber jurado en varias ocasiones justo lo contrario a lo que acabé haciendo, (cuando lo pienso casi me siento perfecta).

Confieso que los días se me terminan siempre en mañanas.

Confieso que acabo de hacer una locura y voy a por otra que creo la complementa a la perfección, solo desvelaré que lleva velas pero no es un santo.

Confieso que releyendo esto me veo muy extensa en lo del cabrón, debe ser que el subconsciente no ha acabado de perdonar.

Confieso que mañana va a ser un día más apretado que hoy o sea que ni me enteraré de si sus turrones llevaban piñones o no.

Confieso que soy consciente de la bobería que acabo de escribir pero que la cosa no da pa más.

Eso si...de golpe de pecho ni uno, con al mezcla de sangres que llevo eso es imposible.

Mila

En la próxima entrada tal vez hable del misterioso farol frente a mi casa. No tengo estos días tiempo para lo del pollo en el Ayuntamiento pero esperen que me desocupe!, de momento voy anotando las horas en las que se apaga mientras sigo leyendo folios.


18/10/2006