AÚN LO RECUERDO... AÚN TE RECUERDO
Bajaba pensativo en el ascensor del hospital luego de ver al padre de mi amigo. Tú llegabas para ver a tu suegro, casi un padre para ti. Éramos amigos, muy amigos, casi confidentes, pero existía otra persona en tu vida, aunque solo fuera porque existían papeles que así lo indicaba ya que tu corazón, al sentirse ignorado se había distanciado miles de kilómetros del suyo. El padre de mi amigo y tu suegro resultaba ser la misma persona, lo que no ayudaba precisamente a nuestro acercamiento.
Coincidimos en el bajo del hospital, donde confluían carreras con caras desencajadas, ruidos con estrés, causas insatisfechas con esperas interminables. Tus ojos se clavaron en mí como solo el amor es capaz de lograr. Una sonrisa cómplice surgió agitada y un pellizco inefable se hizo fuerte en mi vientre, sin dejarme respirar. Nos acercamos y mi boca, ávida, buscó la tuya, pero fue la propia convicción de la inconveniencia del acto la que la desvió del lugar deseado y se estampó, con una pausa infinita, con una dulzura sin igual, en una de tus comisuras. Fue un instante, un soplo, pero se alargó en mi ser mucho más que el tiempo que duró: se instaló para siempre como un recuerdo imborrable. El segundo beso se emplazó en la otra comisura, situando el éxtasis en un grado que ninguna palabra podría describir.
Y eso que solo fueron dos besos en las comisuras...
(Para tí señora)
Invitado
25/11/2004
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