Blogia
_____El blog de los Cuarentones

DON QUIJOTE (WATSON DE LA LECHE) ATACA DE NUEVO

DON QUIJOTE (WATSON DE LA LECHE) ATACA DE NUEVO

   

ACTO I 

  

Castelar .-¿Y podría decirme vuestra merced, cual son esas causas tan justas y nobles que tan generoso caballero se presta a batirse en un duelo con este "gallo" que se le "ve el plumero", que con malas artes revoluciona este gallinero?

Don Quijote .- ¡Vos un gallo! Jajajajajajaja. En todo caso seréis un gallo capón. Sabed señor, que un servidor: Alonso Quijano, a los villanos de su alcurnia, cerdos más que marranos, desfaceros de vuestra condición suelo, a favor de mi reina y señora doña Violeta, de un sonoro bofetón, y haceros con mi lanza un espetón.

Castelar .- ¡Oh no! Señor, ¡que horror! Un servidor que a los Caballeros de la La Tabla Redonda puso en un brete, ¡nada menos que eran siete! ¿tenéis la osadía de decidme que vuestra lanza me la meteréis por el lomo en un periquete?

Don Quijote.- A los bellacos como vos, perturbadores de foros, os haré lo que le hice al rey moro aquel día de Santa Sofía en El Barranco del Lobo.

Castelar.- ¿Y que le hicisteis al rey moro, señor? Pues la malas lenguas que pululan aquí “por este patio” dicen que le hicesteis una “fellatio”. Esa acción a un cristiano, mal está ¡rediez! Pero “bajarse” a un moro, ¿no cree su merced, que atenta al decoro?

Don Quijote.- ¡Mentira vive el cielo! ¡Quien esa injuria propaga! Pagará esa felanía su corazón con mi daga! Señora Violeta. Señora de mi honor. ¡Por Dios! Salid al balcón y decid a este traidor que sólo ..... eso.... os lo hago a vos. Que mi lengua es sagrada, a vos señora sólo dedicada... a vos reina y señora, que os adoro ... ¡No te jode! Que se se la he “mamado” a un moro.... Presto ¡vive Dios! –Sacando la espada- Preparaos para un duelo a muerte, esa calumnia no puede vivir en mi suerte.

Castelar.- Calmaos señor Quijote. Que no son ninguna deshonra los temas del cipote, aquello que sucedió seguramente sería en un arrebato. No celad por mi, que os juro por mi honor que os guardaré el secreto, no se lo diré ni al gato.

Don Quijote.- Clamando al cielo con la espada en todo lo alto. - ¡Dioses celestiales! ¡Vírgenes vestales! ¡San José, san Antonio y san Cáscales! Ayudad a don Quijote en este infortunio ingrato, dad fuerza a mi brazo para arrancar el corazón a este Vivales. ¡También a ti te lo pido, san Neonato!

Castelar.- Señor Alonso Quijano, desfacedor de villanos en los foros, caminante y peregrino, alto y flaco, descabellador de bellacos; de pleitos pobres abogado... Os repito y os invito a que en vuestra actitud cejéis. Guardad vuestra espada, lanza, cimera y barberada, cubramos un tupido velo, y aquí no ha pasado nada.

Don Quijote.- Con el rostro desencajado ( y seguramente con los pantalones cagados) - ¡No.. no... no y mil veces no...! ¡Ay de aquel malandrín que de mi honor quiere hacer serrín! ¡Mal halla, aquel que a mi honor mancilla de aquí hasta mi último confín! nunca, jamás...Don Quijote tira la toalla.

Fin de la primera parte

  

Castelar-

05/11/2003  

  

ACTO II

   

Don Quijote sale del retrete. Antes de ir a matar bellacos tiene la costumbre de la tripa vaciar, para que la armadura de hoja de lata, por su cuerpo aunque muy flaco, los huesos, no le impidan por ellos deslizar.

Don Quijote a su amada Violeta.- ¡Señora de mis desvelos! ¡Dueña de mis infiernos y mis cielos! ¡Ama de mis sueños! ¡Poseedora de mis anhelos! ¡Pesadilla de mis demonios! ¡Suspiros de mi firmamento! ¡Mi eterno tormento....! Hoy necesito más que nunca vuestra bendición. Señora... Un villano que en muy mala hora conocí en un foro, ataca con vil fiereza y sin ningún decoro, a las buenas gentes que por allá sus horas moran en alegre compadreo, dando cornadas a diestro y siniestro como un toro.

Doña Violeta.- ¿Y quien es ese villano, mi señor que tanto perturba y os deja esa tez vuestra otrora rosada, ahora con ese tono tan morado que os ofrece ese aspecto tan insano? ¿O es debido a que no habéis realizado la defecada?

Don Quijote.- ¡Oh mi señora! No... no... no... mis intestinos aunque revueltos por ese villano, ya se han vaciado de antemano a pesar de ser muy vagos. Sabe mi señora, que yo antes de ir a ajusticiar bandidos: eso hago.

Doña Violeta.- Decidme mi señor don Quijote que puede hacer esta doncella...

Don Quijote.- ¡Bueno, bueno...! eso de doncella... ¡Caray! ¿es que no os acordáis aquella noche que ambos mirando con pasión a los ojos como se mira a las estrellas, turbado por la pasión que me producías vuestros senos, en aquel lecho de heno, de un meneo os arrebaté el himeneo? ¿De veras que no os acordáis?

Doña Violeta.–algo turbada y un poco colorada- Dejemos aventura aquella que no quiero acordalle, me tomasteis por el talle mientras mareada me halle, y aprovechasteis mi vahído para robar la fruta de mi valle y la paloma de mi nido. No, no me gustó aquel detalle.

Don Quijote.- ¡Decís que no os gusto aquel lance! ¡Por favor mi señora, que conmigo no vale disimulo...! Que cuando yo me esforzaba para vuestra gozada en aquel trance... vos mi señora que bien movíais el ........... (censurado).

Doña Violeta.- ¡Calle, calle! Que aunque mi cuerpo gozalle, mi alma de pena suspiralle... ¡Oh pena, penita, pena! Yo una doncella, gentil paloma bella, mariposa revoltosa, que vos con “vuestra cosa” mi amor encandilalle, y al infierno de las pasiones, mi alma a la trena llevame ¡Ay que pena, penita, pena!

Don Quijote.- ¡Cesad el llano y vuestra derrama! Mi hermosa y gentil dama, que porque os hice mía en aquel lecho de heno y de alfalfa (que por cierto, cuanto me costó quitaros las faja), no se mancilló vuestro honor. ¡Miradme a los ojos! Por favor. –Violeta mira a los ojos de Don Quijote con arrobo- Decidme.. ¿No veis en ellos el alma de vos?

Doña Violeta –dando un leve suspiro- Sí, mi caballero andante. Y ahora decidme quién es ese tunante, que os trae a mal traer por el infierno como al Dante.

Don Quijote.- Es un conde de mala baba de apellido CASTELAR, ruin, bellaco y más “pajarraco” que una cacatúa. Por los foros del mundo cabalga el villano con aire de tirano cual el dragón Gargantúa.

Doña Violeta.- ¡Coño! ¡Ay, perdonad mi expresión mi señor, pero es que a ese fulano hace tiempo que tuve yo, lides incruentas.

Don Quijote.-¡Que decís señora! Cuales fueron esas lides

Doña Violeta.- Ya perdí la cuenta.

Don Quijote.- Mirando a su señora con cierto mosqueo- Pues no sabe señora eso que me decís... que mal me sienta.

Fin del segundo acto
 

  

Castelar-

06/11/2003  

   

ACTO III

  

Don Quijote hablando con Sancho camino de la posada de Calatrava, montado en su caballo.

Don Quijote.- Amigo más que vasallo Sancho. ¡Hoy que mal me hallo!

Sancho.- ¡Carallo! ¿Qué le sucede a vuestra merced? ¿Acaso le duele un callo?

Don Quijote.- ¡Peor Sancho, peor! ¿Recuerdas aquel foro, que más que foro parecía un serrallo?

Sancho.- ¿Aquel serrallo de Argamasilla, en donde pillo su merced las ladillas?

Don Quijote.- ¡Peor Sancho peor! Aquellas ladillas me las quitó aquel “matasanos” de Quintanilla. Lo que pillé en aquel foro es mucho peor incluso que lo del moro. Un malandrín sin hacienda y sin tino, bellaco, ruin y desgraciado, que me tiene enajenado y muy cabreado.

Sancho.-¡bah! Mi señor Alonso Quijano. Que vuestra merced desfacedora de entuertos, de espada triunfadora y de lanza demoledora, no debe ser causa de castigo que un mendigo os quiera comer de vuestro huerto “los higos”

Don Quijote.- ¡No creas mi fiel escudero! Que hasta he cogido en renuncio a mi dama Violeta y no veas como me revienta que haya tenido lides con semejante veleta. Pero lo que más me solivianta de ese fullero que no deja de tocarme los .......... (censurado) es su descaro y su desacato. Esperad un momento que me aprieta el meato.

Don Quijote se baja del caballo y acercándose a una encina “se saca la minina” para dar rienda suelta a aquello que tanta desazón le produce y que algunos llaman orina.

Satisfecha esa necesidad perentoria, no muy lejos del lugar don Quijote divisó una acémila que tiraba de una noria.
Don Quijote.- Descansemos al pie de aquella acequia, que los sinsabores de mis pensamientos me producen estertores en el remordimiento de mala memoria, vayamos presto a reponed lo que acabo de dejar hace un momento.

Sancho.- señor vayamos sin vacilamientos y repongamos sin reparamientos, y de paso si a vuestra merced le place, asaré unos choricillos con estos sarmientos. ¿le satisface?

Don Quijote.- ¡Ah¡ mi fiel escudero, ¡que verdad es que las penas con pan son menos! Esto del chorizo en buen atino ¿Traéis también vino?

Sancho.- Mi señor Don Quijote. Unas viandas sin vino es un desatino, traigo el mejor vino de Gerindote. Vino de las bodegas de mi tía doña Aldonza.

Don Quijote.- Bebiendo un buen trago de vino- ¡Buen vino, si señor! Que este trago me ha quitado el mal trago que desde hace días ese villano me tiene que no sé lo que me hago. –Saca don Quijote una moneda de la bolsa- Tomad, es de oro esta onza, que la conserve como recuerdo vuestra tía Aldonza.

Sancho.- ¿Y decís señor que ese bellaco, es de mala psicología? –Dijo Sancho “empinando el codo con inusitada porfía”

Don Quijote.- Peor sancho... peor... lo que no puedo soportar es su fina ironía –dijo elevando las manos al cielo en actitud resignada, ¡Que tormento, que tormento, madre mía!

Señor- Dijo sancho con el gesto muy grave- Para mi que ese follón os vacila, yo que vos, no hacía con él un par de dos, pues ya sabéis mi amo y señor, que en ese foro de que me habláis mucho vacilón hay.

Don Quijote puso cara de duda, algo mosqueado preguntó no sin cierto reparo y con celo.-¿Vos creéis Sancho que ese bellaco me está comiendo el pan de debajo del sobaco?

Sancho.- Seguro señor, conozco bien a esa clase de villanos, a nada ponen reparos, lo mismo les da la Pepa que la Juana...

Don Quijote de muy mala leche.- Pues ese hijo de ........ (censurado) se va a reír de su hermana.

Fin del tercer acto.
 

  

Castelar-

07/11/2003 

 

0 comentarios