¡BENDITA LOCURA!
Ni me acuerdo cuándo fue la primera vez que me llamaron loco; !Tanto tiempo hace! que ya me he acostumbrado a que forme parte de mi ser. Y todo, porque un día me vieron hablar con las rosas, con claveles y margaritas que lloraban rocío en mi jardín en un gris amanecer; incluso me vieron recitar a los jilgueros un bello poema que escribí para ellos. Sin que dé mayor importancia, sigo cobijado en mis quietudes, a la sordina, calmando mis deseos, y relatando a la vera de ríos cristalinos cuentos a las truchas y salmones.
Y por todo ello, siguen llamándome loco. Me ven hablar solo, gesticular, y no saben que hago lo que mi alma dicta, lo que el corazón demanda a gritos. Estaré loco a la vista de muchos, pero yo sé lo que no quiero; no quiero aranas, engaños y recelos. No, porque actúo en conciencia, sin prejuicios, y rotundamente rechazo el pertenecer a la saga de sumisos borregos.
!Bendita locura la mía! Que otros se queden con su cordura. Mi desquiciado comportamiento para unos, es para mí, un fluir de coraje y estima de mí mismo; un desterrar de mi vereda a aquél que quiera humillarme, ultrajarme. Nunca lo he permitido y sigo con mis ideales. Aunque si lo miro de otra forma, tal vez tengan razón y sea cierto que tenga un grado de locura; si así fuera, me adentraré al rincón del olvido donde escribir mis poesías y bellas baladas a esa luna, que en el silencio de la noche me escucha y no me reprime con sermones ni monsergas.
Decidido: Me apetece seguir estando loco hasta que expire con el último hálito de vida; versificar, amar la pulcritud de la creación, querer y morir por mi amor si me lo pide, seguirá siendo el dogma de mi fe. Si, señoras y señores, creo...!Que estoy loco!
amasio
18/4/2004
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