EN BLANCOS
Un sendero blanco, un doblegarse infinito, predispuesto, tenso el cuerpo en la batalla. Una proa inefable rasgando el viento inclemente o despiadado. Así fue, así es el mismo sendero recorrido sin descanso o partida tregua. Un no agotarse la existencia, un no derrumbarse ni aún caído sobre el suelo el pecho ni aún el rostro entumecido de contiendas hallarse anegado en lágrimas o enterrado en barro hasta el silencio del tuétano. Un extasiarse en el horizonte abierto de azul en la entraña aún sucumbido un instante el soplo que anida o embate frente a la vida o a la par u hondamente ante ella al saberla viva. Y los años transcurren lentos o deprisa según la vida relajada o intensa asola o arropa convencida plena de ser. El pelo tórnase blanco y cuán grato es verme tan grande, tan firme, tan deslumbrante de belleza ante el espejo de mis ojos. Transcurre el tiempo a mi favor por días y las horas me asemejan segundos abisales que dejan marcas de vida blanca sobre mi rostro.
Trancos62
27/3/2004
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