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_____El blog de los Cuarentones

¿CUÁNTO COMPROMETE LA CAMA?

¿CUÁNTO COMPROMETE LA CAMA?

El otro día estuve tomando una copa con mi amigo Ramón. Anduvimos hablando de varias cosas, pero fundamentalmente de cómo se acaba de terminar su relación con María. La cosa fue muy simple. Después de un par de meses de salir juntos, ella le dijo un día que él se limitaba a follar con ella, pero no le hacía el amor.

Ramón cree entender la sutil diferencia que hay entre ambos conceptos, pero no consigue explicarse demasiado bien, que ese argumento se esgrima en una relación en la que nunca hubo compromisos explícitos. La explicación - dice Ramón - pasa por el hecho de que dos nunca entienden la naturaleza de su vínculo común, de manera homogénea. Pero a los cuarenta parece aún más sorprendente adoptar ciertos criterios platónicos a la hora de irse a la cama con alguien, porque la vida no tiene para nosotros, ya a esta edad, ese carácter determinista que en otros momentos parece inducirnos a aceptar, por ejemplo, que no tener hijos es un síntoma de egoísmo; o que el matrimonio dura hasta que la muerte nos separe (que será así, siempre y cuando no decidamos anticiparnos, y arrebatarle a la muerte esa tarea).

- ¿Pero no te ha dado ninguna otra explicación? - le dije, e intentando quitar hierro a la cosa: - por ejemplo, ¿solías acordarte de su nombre o la llamabas diciendo ¡ eh tu !?

- ¡No seas capullo!. Hemos estado saliendo por ahí, no creas que nos hemos pasado los dos meses entre sábanas. Ha habido un trocito de vida en común, pero ella ha pensado que era hora de tener un trocito de vida en común más grande. Mucho más grande. En realidad, creo que María no ha salido de esa etapa en la que cuando uno está a gusto con otra persona (también en la cama), tiene la imperiosa necesidad de fundar con ella una familia. Es un principio digital. O se folla una noche o se hace el amor durante años, y claro, ella y yo estábamos ya, de acuerdo a esa definición, follando demasiado tiempo.

- Chico, no sé que decirte - y era verdad que no lo sabía.

- Mira, creo que en esto - continuó Ramón - no hay culpables ni soluciones. Cada uno entiende de una manera con quién debe irse a la cama, y si puede mantener o no una cierta amistad (con sexo incluido) sin que la cosa deba llamarse también noviazgo. Por mucho que pensemos que a los cuarenta y tantos ya no hay prisa por reclamar compromisos, estas cosas pasan. En fin, no sé qué pensar. Oye, igual puedes pedir su opinión a la peña del foro ese donde entras. Ese foro en el que ya muchos pasan de cuarenta, y del que me has contado esas movidas tan psicodélicas.

Saludos. Louisville

24/3/2004

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