ESE NO SOY YO

   

¿Y tú me lo preguntas?  ¿Acaso, señora, fui yo el gestor de tus desvaríos? ¿O tal vez fuiste tú, supuesta salsa otrora de exquisitas delicadezas, quien en el delirio de su obsesión se cegó buscando una razón para temblar, para seguir palpitando y estremecerse de deseo?

   

No, querida señora. Sabes que nunca hubo ponzoña. No la necesitas. El tóxico reside en tu interior, lo segrega tu órgano más íntimo y, lamentablemente, no soy yo quien tiene el antídoto. 

 

En tu obsesión, tan siquiera te has parado a pensar que tal vez me encuentre a gusto con mis andrajos, testigos de los desgarros de la vida, de donde cuelgan flecos de petulancia, pedantería e inmodestia, pero donde sobre todo reverberan remiendos de franqueza, de humildad y buenos propósitos cosidos con el hilo del amor. No, siquiera te has parado a pensar que tal vez no desee ser referente de nada y que mi flauta no suena porque no me mueve ningún interés en soplarla. 

 

Solo soy un forero mediocre que carece de ideas de grandeza y me siento bien conmigo mismo. Eres tú quien debe convencerse que ese idílico forero que estimula tus sentidos, ese que enloquece tus deseos y te hace renacer de placer... ése no soy yo. Ése es una mera ilusión tuya. Eres tú, querida forera, quien busca incesantemente desconocerme para poder volver a investigarme. 

 

Tal vez algún día me descubras.

   

Elzocato