ACEPTA Y RENUNCIA
Acepta tus canas, acepta tu calva,
acepta tu panza nunca tan osada,
acepta las gafas con que te enmascaras,
acepta este rostro que ya no es tu cara,
acepta tus ingles casi desarmadas
para los combates que tanto gozabas.
Renuncia a lamentos, renuncia a nostalgias,
que si no renuncias, pues peor se pasa,
según los expertos en cosas tan trágicas.
Si todo lo aceptas con cierta elegancia,
tendrás el derecho a ser cascarrabias
consuelo y alivio cuando esto se acaba,
última potencia del cuerpo y del alma,
a la cual -lo advierto no con poca alarma-
ya para otra andanza hay que acicalarla.
Hetaira, desnudándose de todo lo que es suyo.
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