DECLARACIÓN DE AMOR
Encendió un cigarro obviando esa fresca brisa que suele barrer las arenas de las playas, levantó la vista y se dispuso a disfrutar del inminente atardecer a la orilla de la mar. Miró hacia atrás, había sido un día espléndido, caminó descalzo dejando que la fina arena desprendiera de la raíz de su cuerpo la melancolía.
Llegó hasta el viejo faro, su sitio preferido desde siempre para contemplar la puesta de sol que se avecina. Con todos los elementos del cielo y de la tierra a su alcance dejó que sus ojos sobrevolaran la incesante quietud del oleaje y se puso a navegar de pensamientos y de reflejos de espuma que desciendn por un sol que lleva un tatuaje en su piel, como un ave de papel y fuego, y gritando al batir de sus dos alas: te quiero.
Sirva de contribución a la propuesta del caballero Paulito.
Buen día tengan.
Jandalillo
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