NOCHEBUENA
Hoy es Nochebuena, y si fuera fiel a las exigencias del guión, debería desearles paz, amor y felicidad, o cosas así, que son las que se oyen en fechas como estas. Y tengan por seguro que se lo deseo, aunque sé por experiencia que no es fácil plegarse a estos designios aunque el calendario lo sugiera. Ponemos muy alto el listón en Navidad: paz, amor y felicidad son mucho más que objetivos navideños, son propósitos universales que perseguimos durante toda la vida y que a veces acariciamos sin que tomemos posesión de ellos definitivamente. Pero eso no debe desanimarnos.
Es paradójico hablar de paz en tiempos de guerra, aunque a la guerra la revistamos de tareas humanitarias y la justifiquemos con razones indemostrables que acaban adquiriendo el rango de creencia. Es curioso que para ejecutar una tarea humanitaria haya que vestir uniformes de guerra y empuñar un fusil, quizás porque las tareas humanitarias de ahora no son como las de antes. Riesgos de hacer el bien en la era moderna.
Y qué decir del amor. Complejo y maravilloso asunto de enormes dimensiones sobre el que tanto se ha escrito y al que seguimos dando vueltas sin saber donde está el eslabón perdido por el que tanto nos cuesta encontrarlo. Si lo tienen mímenlo, y si aún no lo han alcanzado sigan buscando. Es cuestión de proponérselo. Siempre se puede regalar y cuando se recibe, cambia la vida. Tiene efectos revitalizantes, estira la cara más que la crema de caviar, ensancha la vida y pone luz donde había sombras. Todo un lujo.
De la felicidad qué les voy a decir. No la venden en las grandes superficies así es que busquen en las pequeñas, en un detalle, una sonrisa, en el portal de Belén, un niño, puede que en el/la que tienen al lado, en la intimidad de su vida. Abran los ojos y los oídos que existe.
Sean felices, amen a los que están y a los que faltan y regalen miradas amigas.
A todos les agradezco su amistad y les reitero la mía, que hoy en especial, permítanmelo, es para jandalillo: por nuestra amistad intuitiva y porque siempre me ha empujado hacia arriba.
Un abrazo
Hetaira
24/12/2003
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