A VER SI ME SÉ EXPLICAR
Durante años se pueden cosechar frustraciones, aunque con hombres cabales pocas.
Debo mi buena suerte a los queridos hombres casados que comparten conmigo sus penas y alegrías conyugales. Nuestras aventuras son plácidas y serenas, sin reproches ni enfados... al fin y al cabo ¿Cúal sería la utilidad de las aventuras extramatrimoniales si fueran lo mismo que en el matrimonio?
Yo les ofrezco una ocasional distracción de sus tribulaciones domésticas y es un goce sin contrapartidas.
Les puedo abrazar sin contraer la obligación de lavarles los calcetines.
Así pues, paso mis ratos libres entregada a desenfadados adulterios.
Decididamente, mi narcisismo no tiene límites pero aún y así, les quiero a todos ustedes.
Buenas noches
Hetaira
21/11/2003
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