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_____El blog de los Cuarentones

LA NIÑA DE ALCANTARILLA Y LAS TORRES DE COTILLAS

LA NIÑA DE ALCANTARILLA Y LAS TORRES DE COTILLAS

   

Miraba al cielo siempre azul de su pueblo. ¿Por qué en el cenit nunca hay nubes? Se preguntaba la niña de Alcantarilla. No la importaba que en su pueblo nunca hubiera nubes, ni que lloviera, ni que tronara, ni que nevara... Ella era capaz de formar en su mente todas las fantasías invernales y desapacibles que ella desconocía, y aunque nunca en su pueblo llovía, su alma siempre estaba regada por las ilusiones que en ella lo hacían.

Un día de frío invierno en la meseta, frío intenso que congelaba el alma, ella, nuestra niña de Alcantarilla ufana caminaba, por las frondosas veredas de la vega murciana. El fulgor de oro de los limones se mezclaba con el verde radiante de las flores de los limoneros. En una rama una tórtola parecía decir a su pareja. “te quiero”. El sol, ese sol que nunca abandona Murcia se desplomaba de manera implacable sobre al camino que llegaba a Las Torres de Cotillas. La niña caminaba por aquella vereda con una vara que había tomado prestada de un árbol; con ella dibujaba en el piso del camino unos surcos, surcos que semejaban las venas que daban la vida sin lluvia y agua a su morada.

En lontananza se divisaba Las Torres de Cotillas. Era un 17 de Enero, festividad de San Antón, santo patrón de esa localidad. Sin saber como ni porque, se preguntaba la razón de ese nombre: Cotillas, pero nadie la daba respuesta. Escuchaba la algarabía que los mozos y mozas producían con sus cánticos y sus alegrías...

Se paró un momento al ver en un recodo del camino; debajo de un limonar que acompañaba a un viejo olivo, una figura humana, como a cincuentas pasos de sus pequeños pies se hallaba. Sólo la dijo: Niña, ven.

La niña intrigada, pero no atemorizada se dirigió hacia aquella acequia medio seca, que servía de sostenimiento su cemento a una viejecita de huesos desvencijados, pero con una expresión tan clara en su mirada que a la niña la iluminaron.
.-Siéntate aquí a mi vera, niña. Voy a contarte la verdad de que porque en Murcia es siempre primavera, y de sus fuentes el agua nunca fluye y los campos con parquedad llega.

La niña, presta y diligente, se dispuso a oír aquel relato que tanto la intrigaba. Miró al cielo siempre azul, y algo extraño vio, una nube en forma de mujer que el ojo la guiñó.
.-Niña – Le dijo aquella señora con una voz dulce y canora.
.-Hace muchos años... muchos... muchos... vivía en Alcantarilla una niña como tú. Rubia, de ojos azules y de una risa tan clara, que a todo el que la miraba prendado de su boca quedaba.
.-Un rey moro de Granada, dueño de todas las miradas y amo de todo lo que andaba, a Murcia llegó buscando una flor amarilla que desconocía, y que en uno de sus sueños le decía, que el zumo de esa flor cuando se hiciera fruta, su agua bendita el mal que le aquejaba le confortaría.
 La niña no daba crédito a lo que escuchaba, sus ojos dos luceros parecían.
.-Con sus huestes y mesnadas ese rey moro de Granada, muy cerca del lugar de donde Alá le dijo que esa flor se encontraba, hizo un alto en el camino.... ¡al momento escuchó un trino armonioso y tan cadencioso, que de cerca procedía! Al mirar hacia el mediodía, fue tan grande su sorpresa, que de una cesta llena de fresas de su invernadero, y que portaba en su brazo señero se derramaron por el suelo.
El rey agareno al ver aquella figura que los reflejos del sol le confundió con un dios, con los brazos extendidos hacia ella se acercó, pero ¡oh frustración! al tomar aquella cosa que de gozo llenaron sus ojos, de su vista desapareció... sólo una rama y un limón entre sus manos se quedó.
Enfurecido aquel moro por la pérdida de aquello que creía su tesoro, (no sabía que lo que buscaba en sus manos ya se hallaba). Sus mesnadas alocadas hacia una torre que muy a los lejos se divisaba, fueron enviadas en busca de aquella diosa que de sus brazos se le escapó como una mariposa alada ...
Quince mujeres con sus “cotillas” ajustadas a sus costillas, vírgenes vestales, guardianes celestiales de las flores del los limoneros, fueron degolladas por el rey moro en su locura al no hallar aquel sol... que le devolviera su cordura y su venero.
A Murcia la encerró, Sierra Nevada fueron los barrotes de la celda por donde no pudo escapar el sol, por el mar lo ocultó... de allí no pudo huir ya nunca más... las nubes en su camino de celo, en Las Alpujarras perdían su bello azul y sus destellos, a Murcia no podían llegar nunca más por el cielo...

La niña de Alcantarilla, con los ojos como manantiales, de ellos salía el agua a raudales. Al caer su llanto en su quebranto en rojo púrpura se tornaba... su agua con la sangre de las vírgenes vestales se mezclaba ... al momento en oro se transformaba, llovía a mares, La tórtola le decía su amada “te quiero” en lo alto de aquel limonero.

¡Murcia! Tierra de sol y de fuego,
huerta del mundo entero.
un rey moro quiso robar tu tesoro
y encerró tu sol en aquel venero.
de allí sale el agua de tu cielo,
fuentes de tus vírgenes vestales
campos humildes pero altaneros,
orgullo del mundo son tus limoneros.

Dedicado a Murcia y a sus gentes con cariño.
 

 

Castelar-

26/10/2003  

  

RE: CASTELAR Y WATSON (PODÍA SER EN EL OTRO ORDEN), CADA DÍA ME SORPENDÉIS MÁS

  

Entro en el foro cada día, aunque sólo sea un ratito , y si el foro me deja, leo los escritos y les aseguro que cada día disfruto con ellos, aunque también es verdad, cada día estoy más perdida, no sé quien le tira los tejos a quien, quien está enamorado de quien, quien quiere pasear de la mano de quien, y quien y con quien se va de excursión el día dos (parece ser que había varias propuestas).

Señores, de verdad, me tienen alucinada, yo pensando en cambiar de foro, me sentía desplazada(celosa debería decir), entre que no soy capaz de escribir como Mila, ni en el fondo, ni en la forma(y por supuesto como ninguno de sus personajes), no tengo la dulzura de Sakkarah, ni la facilidad para comunicar bonito de Violeta (por supuesto tampoco la finca en Torrelodones), y el tiempo más bien escaso para tratar de aprender de unas y otras, había dado por perdida la batalla, sería incapaz de captar la atención de los hombres del foro. Y desengáñense, aquí estamos para tratar de impresionar al sexo contrario.

Bueno , pues eso, cuando estaba a punto de arrojar la toalla, mira por donde, Castelar decide llamar mi atención escribiendo un bello relato en honor de la mujer murciana, relato bien argumentado y perfectamente ubicado geográficamente, nunca pensé que le interesara esta tierra y quienes en ella vivimos.

Pero claro, no se va a quedar Watson atrás, y hala, allá se lanza reivindicando una ex mujer murciana, poniendo por delante a su padre, claro que esto me da que pensar, si realmente es ex..., eso significa que no le salió demasiado bien la cosa y por tanto no tendrá muy buen concepto de las murcianas, vale, en realidad, nacer, nacer-... , no nací aquí, así que todavía no tengo todo perdido, ¿le gustarán las sorianas?.

De cualquier forma, les aseguro que disfruto con sus foros, no siempre los entiendo, eso es verdad, pero siempre me gusta leerlos.

Un fuerte abrazo a las chicas,( aludidas o no) y un saludo muy cordial a los chicos, los nombrados y los otros.

Nora

27/10/2003  

 

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