MALQUERIDA

En el recóndito lugar de grutas inexploradas donde se ubica el maldito olvido; allí donde no hay existencia, sólo humedad, huesos que se requiebran y no se puede respirar, quedó enterrado, escondido, malherido el amor desertado, temeroso a vivir de nuevo pensando en que nadie volvería a ser dueño del corazón que lo albergaba.

No bastaron los requiebros ni adulaciones que antaño le hizo el amor a quien su alma entregó. No pudo volver abrir su corazón; su escotilla se atrancó con crueldad traicionera al recibir su amor, la indiferencia inconsciente e iracunda de quien confió. Pobre alma errante y perdida en el olvido, triste, sola, a oscuras en su gruta, pero sin olvidar el desprecio, promesas incumplidas y el engaño y daño inflingido.

La vida, como un tío vivo, seguirá dando vuelta allá arriba; en el exterior, las estaciones se sucederán, florecerán las plantas, el calor veraniego surgirá de nuevo, las hojas se caerán y se echará leña al fuego, pero en el paraje del olvido, en las profundidades de la gruta maldita, el amor traicionado seguirá vagando solo, sin la mirada del que mal lo ha querido.

Epycuro

13/4/2005