LA PERSPECTIVA Y EL JUICIO

Rueda la moneda de canto y hasta su caída inevitable, hasta que no se defina el destino que lleva y donde caerá o en que posición quedará, unos observan la cruz, otros la cara y los de enfrente el canto ambiguo, neutro, abierto a toda posibilidad, girar y girar sobre si misma con la velocidad propia que imprimieron los dedos del que la lanzó.

Nada es blanco ni negro, cara ni cruz, ni tan solo canto deslizante. No hay verdad definida ni mentira señalada, tan solo una visión parcial de un recorrido desde nuestra posición de un todo valor monetario que solo conoce el dueño de la moneda.
Yo soy de las personas que se fijan en la mano que la lanza, aprecio sus gestos, los disfruto y creo en ellos, solo contemplo el recorrido y observo el valor real y no especulativo o manidamente interpretado por algún deseo personal cuando llega a su destino.

Por eso y para no llevarme al error tan recurrente y generalizado de acabar creyendo en la apariencia de una posición temporal, parcial y claramente engañosa, procuro colocarme de frente y esperar ver la longitud del recorrido, solo entonces me cercioro de que la confianza es un valor inestimable que falta mucho en este mundo, ahorra muchas cábalas infortunadas y mucho juicio de valor gratuito y errado.

Es un apunte para algunos, porque siempre hay alguien que presume de creer tontos a los demás y estar en la posesión de la verdad de otro, toda vez que se olvida que otros juicios de valores se podrían hacer de nuestras propias monedas, tambien vistas desde diferentes perpestivas.

Malinche

6/3/2006