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_____El blog de los Cuarentones

EL AMO DEL MUNDO

EL AMO DEL MUNDO

Salivaba imaginando lo que haría esa tarde, aparte de no dar un palo al agua y devolver el sintonizador TDT que jamás funcionó. Lo malo del Corte Inglés es el gentío que vive allí instalado y lo lentos que son con las garantías. Se disponía a salir en ese momento de tráfico escaso cuando sonó el teléfono. Miró al techo como si mirara al cielo y en vez de una cara de Bélmez le pareció ver un vampiro inoportuno, había olvidado que el fontanero tenía que venir y, por supuesto, eligió la peor hora. Con la tarde algo más recortada y bastante más limitada, se dirigió al auto con el ángulo adecuado para ver que una rueda estaba sin aire.

Bien, cambiar una rueda no le llevaría mucho rato, quizá le llevaría algo más conseguir otra de recambio porque no tenía, y tampoco se acordaba. Mejor respirar hondo que gritar allí, pensó, mientras pensaba también en cómo hacerse con una rueda? ¡Ya! Llamaría a la tienda de recambios de la esquina, tenía el número en el móvil, además de tres mensajes cuyo pitido no había oído. Le urgían a ponerse en contacto por una asunto de trabajo no programado, mientras el contestador de la tienda le informaba que nasti de plasti hasta las 17 horas? faltaba una hora y media.

Tomó la sabia decisión de pasar de todo e ir en taxi, lo del trabajo lo resolvería por teléfono sin necesidad de volver al ordenador a revisar los documentos. Llamó primero pidiendo un taxi y luego al asunto de trabajo, no sin antes recibir una llamada de su prima que le comunicaba con voz entrecortada que su tía se había infartado. Tras colgar con el compromiso de pasar el hospital lo antes posible y de informar a parte de la familia, carraspeó. Un largo y sinuoso carraspeo, sí. Retomó lo del trabajo y por fin habló con el emisor de los mensajes? lo suficiente como para entender que dedicarle tres horas a un asuntillo para tenerlo enviado y listo a las 8 de la mañana siguiente sería, además de bien pagado y efusivamente agradecido, una razonable garantía para no perderlos como clientes, principales, si no accedía en? digamos? ¿diez segundos? Captó el argumento. Parecía que la tarde se encogía para mal y la noche se dilataba para peor.

Mientras esperaba un taxi que nunca llegaba, llamó a familiares por lo de su tía y en una de esas charlas su hermano le pidió un pequeño favor de nada, recoger a un amigo que llegaba a las nueve al aeropuerto. Precisamente estaba a punto de llamarle, le dijo, y de contarle que su mujer estaría con los niños en el hospital hasta tarde, y de contarle también de paso que se había torcido un tobillo lo suficiente como para no poder conducir. Aparte de no tener a nadie más, el amigo no conocía nada de la ciudad, del país ni del idioma. Podía utilizar su coche sino resolvía lo de la rueda pero tendría que ir a recogerlos, al coche y al amigo, claro.

Le gustaba ser dueño de su tiempo para emplearlo en lo que decidieran los demás y el destino. Todo un exitazo, la siguiente tarde libre no la disfrutaría hasta ni se sabe, y ya estaba impaciente por saber cómo conspirarían esa vez las circunstancias? ¿Se quedará embarazado en alta mar cuando un grupo de setecientos ochenta y cinco cayucos lleguen por primera vez, por estribor y por desgracia a esa latitud del Mediterráneo, justo cuando se rompa la hélice del barco irrompible mientras huele como un rayo de una tormenta no pronosticada le chamusca los zapatos de claqué con suela metálica que se había puesto para la ocasión que no llegaría esa tarde?

Se non è vero, è ben trovato.

Saludos
Same

A la canción del enlace le debo mi nick.

19/5/2006

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