DESPEDIDAS EN EL CIBERMUNDO
Muchas son las veces en las que he leído que quien hace pública su despedida de un foro sólo pretende llamar la atención, que aquí no hay obligación de decir adiós al cerrar la puerta. Me pregunto cuán numerosa será la intersección entre el conjunto de quiénes así piensan, con el de aquellos otros que se lamentan de lo efímero de este medio y de cómo de repente desaparece alguien con quien han mantenido una relación, más o menos estrecha, durante un tiempo.
Creo que no debemos tratar este medio de forma demasiado distinta a como tratamos otros espacios de nuestra interacción social. Algunas veces simplemente vamos distanciándonos de un grupo, normalmente cuando está vinculado a una actividad determinada que va dejando de interesarnos, y cuando nos damos cuenta ya no estamos a tiempo de despedirnos porque la lejanía convertiría en absurdo nuestro adiós. Ahora bien, no son menos las veces en las que nos parece oportuno abandonar a una persona o grupo de personas por el motivo que sea; creo que en ese caso las más elementales normas de cortesía nos impelen a despedirnos, porque los sentimientos de los demás hacia nosotros son siempre respetables y hay que procurar que el duelo de nuestra partida les sea lo menos doloroso posible. Según mi parecer, en el cibermundo debemos de actuar según los mismos principios, porque al fin y al cabo aquí también nos relacionamos con seres humanos.
Los detractores de las despedidas públicas suelen apelar al hecho de que éste es un lugar de ocio y que, por tanto, no nos conlleva obligación alguna, que basta con comunicárselo a los íntimos sin dramatismos ni exhibición. Yo no estoy tan segura de ninguna de las dos cosa, a saber, de que esto sea meramente un lugar de recreo y de que carezcamos de unas obligaciones mínimas, trato de explicarme. Éste espacio es un punto de reunión y de tertulia, tiene muchas similitudes con el bareto donde bajamos a tomarnos el café de costumbre, ese local en el que conocemos al dueño y a un buen número de parroquianos, bajamos a distraernos, es obvio, pero también, en más de una ocasión, a buscar compañía, no sólo compartimos bromas si no que también ponemos en común estados de ánimo y eso hace que se nos coja más o menos cariño. Si un día cambiamos de barrio o simplemente encontramos otro establecimiento donde el café cuesta veinte céntimos menos tenemos todo el derecho de no volver al bar de costumbre y, obviamente, nos despediremos del dueño y de los más amigos, no de todos los clientes. Ahora bien, hay un punto en el que un bar y un foro no coinciden, normalmente en el bar de abajo solemos hablar siempre con los mismos y son ellos quienes nos escuchan, sólo ellos, por eso sería ridículo poner una pancarta anunciando a todo quisque nuestra mudanza; en un foro no es exactamente igual, puede que sean más o menos los mismos quienes acostumbran a contestarnos, pero son muchos más los que nos leen sin que tengamos conocimiento de ellos, esos que nos leen y no se dan a conocer también generan sentimientos hacia nosotros porque nos siguen de cerca, ellos tienen el mismo derecho que nuestros íntimos de conocer nuestra marcha y sólo hay una manera de que la conozcan: despedirnos públicamente en el mismo foro que abandonamos.
Tengo la impresión de que en todos nuestros ámbitos de relación social descuidamos nuestras responsabilidades hacia los otros, rehuimos el compromiso, lo cual no es saludable para quienes nos frecuentan ni para nosotros mismos. Eso se multiplica por cien en Internet, de modo que un medio que debiera facilitar el relax se convierte para no pocos en una fuente de tensión, comportarnos aquí como lo haríamos allí donde damos la cara mejoraría mucho las relaciones virtuales y aminoraría el dolor propio y ajeno.
Un saludo a todos.
K_Mansfield
24/4/2006
http://foros.ya.com/SForums/$M=readthreadrep$TH=4710696$F=31311$ME=11306180$P=2
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