TE NECESITO INMA

Inmaculada:

El otro día confesé que a contra natura os hice mía. No me arrepiento de haber hurgado en vuestras entrañas, pero sí de haberlo proclamado a los cuatro vientos por un medio inapropiado.

Hoy, estoy aquí, de nuevo, ante tu atenta mirada porque sé que me leerás; sé que por correo también me lees, pero no reenvías respuestas y eso me hacen daño. La palabra perdón nunca se debe pedir porque nunca se debe dar esa opción; hoy, hermosa dama, ante vos me reclino y os entrego mi alma, mi corazón, mi todo... pero, por favor, perdonarme la osadía del otro día.

Por otra parte, sabes que te amo; te amo con la fuerza que impulsa a una ballena cuando pretenden quitarle a su pequeño cetáceo. te amo, !vaya palabra!; nada más que tres letras para definir un todo. Este sentimiento debería grabarse en carbono cristalizado, en su piedra preciosa más dura: el diamante. A más del amor que te profeso, está mi admiración a tu amueblada testa, tu belleza, temple y donaire. Pronunciar tu nombre me hace bien, muy bien; a veces, me hace mal, mucho mal; porque miro alrededor y no te veo. Eso de necesitarte a cada segundo lacera mi alma y, en ocasiones, la rompe en mil pedazos. La de anocheceres y amaneceres que me cuesta volver a recomponerme, sólo lo sé yo.

Siempre te recuerdo bella, entregada, gimiendo; y con tus uñas aferrándose a mi espalda; pero no me basta: quiero más; quiero tu mente, el cuerpo entero; iterar mil veces en grito desgarrador cuánto te amo, hoy, mañana, todos los días; beber tu aliento y que bebas del mío; que nos fusionemos en uno solo y nos olvidemos de las palabras; éstas quedan obsoletas ante la realidad de unas tiernas caricias, de unas miradas de grosellas dulces. Así quiero nuestro amor, como era... como debió seguir.

Me quedo sin palabras. Quiero decir tanto... Cada vez que te sueño, cada vez que te pienso, mi amor aumenta; es tan grande, que el infinito se queda pequeño. Y todo porque te amo; te amo en presente, te amé ayer y te amaré mañana, y todos los días, los de este año, los del año que viene y los del otro; y el siguiente al otro, y el de más allá; hasta el éxodo final de nuestras almas; incluso mucho después seguirás en mí. Mi promesa al Creador se vio cumplida con un solo hecho: conocerte, !quiero que lo sepas!; si encima, te he poseído y nos hemos querido, doy por bien cumplida mi misión en esta tierra.

El paso del tiempo sin respuestas después de tanto habido, arquean mis labios hacia abajo en señal de tristeza. Vivo con la esperanza, que de nuevo, se me alcen jubilosos los pómulos y me chispeen los ojos. Quererte es una suerte que el destino me deparó; que dijeras amarme, a alguien tan insignificante como yo, fue una verdadera lotería: nunca lo entendí. Pero no supe donde cobrar mi premio para mantenerte pegada a mí por los restos y al final te perdí. Ayúdame a encontrarte, a que seamos lo que un día fuimos: una mujer y un hombre que se amaron; por encima de todo, por encima, incluso, de nuestras propias vidas.

Un beso Inma, con mucho amor

La incertidumbre

23/10/2006

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