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_____El blog de los Cuarentones

EL PRINCIPIO DE LA DECADENCIA

EL PRINCIPIO DE LA DECADENCIA

  

Han bastado sólo 25 años para que el mundo occidental haya dado un giro de 180 grados en todos los conceptos que el pensamiento del ser humano puede desarrollar. Lo que ayer era motivo de distinción, de moralidad, de buenas costumbres y de preservar las tradiciones que nuestros mayores nos querían inculcar como ejemplo de virtudes y valores eternos; hoy no sirven para nada, se han convertido en “papel mojado” y, cuando menos, se llama obsoleto, inmovilista o fósil a aquel que se aferra a un pasado.
 
Lo que no cabe duda, es que el cerebro evoluciona tan rápido, que es capaz de desarrollar vertiginosamente “milagros” impensables hace sólo cien años. Y eso es bueno; que hoy la úlcera de estómago que tanto hizo sufrir a nuestros abuelos, se pueda curar en quince días con omeprazol, es algo tan maravilloso que hay que bendecir a los que lo lograron. Y tantos y tantos “milagros” más, que hacen que “el hombre blanco” pueda tener un cuerpo cada vez más sano. ¿Pero más feliz?
 
¿Es hoy el ser humano más feliz que hace 50 o 100 años? Me temo que no, creo que la felicidad no radica en “multiplicar los peces y los panes”, radica en poder “multiplicar los efectos del amor” y al parecer, la reacción que produce al alma los beneficiosos efectos para el cuerpo, es negativa. Creo que estamos ante una regla de tres inversa: “más para el cuerpo, menos para el alma” o viceversa. Estoy convencido, totalmente convencido de que sin amor no puede haber felicidad, el amor a todas las cosas. La felicidad de un niño del mal llamado tercer mundo, ante un simple juguete bastará para que su dicha sea completa durante un día, y posiblemente ese mismo día, sea de rabieta de muchos niños por no haber encontrado “Papá Noel” su juguete preferido
 Que nadie interprete ¡Por favor! Que las carencias hacen más feliz al hombre o a la mujer, ¡ni mucho menos quise decir eso! Pero lo que sí está comprobado, que la saturación de “los placeres” desemboca en la más absoluta decadencia, es la declinación, el menoscabo y el principio de la ruina del alma.
 
Los sentimientos que emanan del alma como: el amor, la entrega, la abnegación, la ternura, el reconocimiento, el prodigalidad, la nobleza, el desprendimiento, la magnanimidad, el apego, la afección, la generosidad, y demás sentimientos nobles, es la DISTINCIÓN del ser humano y que mantendrán siempre viva la llama de la felicidad en su espíritu.
 
En cambio, el odio, la envidia, el rencor, el resentimiento, la inquina, los celos, la rivalidad, la competitividad por encima de todo, la desazón, la desesperanza, el remordimiento, la corrupción, el desasosiego, la ansiedad y otros sentimientos innobles, es cierto que han levantado montañas, pero han derribado muchas almas. Son sin duda, los sentimientos que conducen a la DECADENCIA y al fin de los ciclos.
 
Vemos a los jóvenes como autómatas siguiendo los dictados de una fuerza exterior que les empuja hacia “los abismos de lo lúdico”. Hoy un poema no les hacen felices si no son escritos a través de un “mensajito” por el inevitable móvil. ¡Con lo romántico que es escribirlo en la corteza de un árbol con un corazón atravesado por un dardo, y el nombre de tu amor!
 
Todo se recicla, todo se transforma en beneficio del cuerpo y de la mente, pero en detrimento del amor. Los símbolos del amor que hicieron felices a millones de seres antaño, hoy se contemplan como ridículos e inaceptables.
 
Estamos, sin duda, en el principio de la decadencia.
 
Castelar-

   

2 comentarios

Analysta -

Colega Kuin, me alegra encontrar tu opinión en este sitio, pero parece que no has pillado la dinámica del blog. Verás, aunque alguno pueda haber, estos escritos no son míos sino de sus autores, en este caso de Castelar, con quien, por cierto, comparto básicamente opinión.

Tu comentario es de lo más fácil y, por otra parte, de lo más habitual por estos lugares. Parece lógico que se tienda a criticar las opiniones con las que estamos en desacuerdo, pero desgraciadamente la más hacedera es tu postura, es decir, el calificativo gratuito sin aportar ningún tipo de argumentación que avale un punto de vista contradictorio.

Saludos cordiales.

kuin -

En general una sarta de majaderias, y particularmente la vision que tienes de la juventud una simpleza