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_____El blog de los Cuarentones

LA GRAN CORRIDA

LA GRAN CORRIDA

  

Al practicar el sexo carnal, (el ilícito mejor con chistera, por lo que pueda pasar), se le eriza el bello, se levanta musculoso el miembro uretral y penetra bravo en jofaina la nube perineal, fustigando con furia la fiera dormida de la tigresa que lleva dentro la dama, sucumbiendo raudo a las ansias de las huestes espermáticas e inundando a borbotones las cavernas uterinas del complejo gestador.

Todos corren en bandadas flagelándose los lomos, como locos hechizados, aspirados, cautivados por la magia ovocital. Se fustigan, se amontonan, se disputan a codazos el orgullo de saberse preparados para el fin de fecundar. La carrera que fascina, loca y fiera, que con toque de rebato se inició con la lascivia y se guió por el olfato.
Contusionados, magullados, asfixiados y en tropel, (cuatro o seis u ocho o diez), chapotean entre líquidos viscosos por los valles falopianos merendándose con furia la leche que los movió. Hasta que, de pronto,¡oh!, (qué suerte tuvísteis que lo expulsaron ayer de puro maduro, -o se escapó a pendonear, quien sabe-), se tropiezan con el ovado vellón dorado, que pasaba por allí, quedando a él pegados, (como el hombre a la nariz, pero en pequeño), como cogidos por los morros y moviendo con mohines apausados y graciosos el rabo revelador de la intención.

El espermio más osado, el más ladino, el más sagaz, (digamos que el más entero, cabezón y el de la boca más grande), se afila el diente, le da un mordisco y se le abre, ¡cómo no!, la burbuja acogedora, con quien proseguirá el viaje más decisivo de la vida.

-Caustic 

27/11/2004

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