DON QUIJOTE (Watson de la Leche) Y LOS CAPULLOS

   

Se desarrolla la escena en casa de Dulcinea. En la estancia donde se hallan: al fondo un hogar en donde tres gruesos troncos de madera chisporretean en su lento quemar. Una perola de cobre, patatas con una gallina, que al habérsele acabado “la mina” se cuece en la cocina. Una mesa de madera de pino, tres banquetas desvencijadas y un porrón de buen vino, un trozo de queso de Herencia y un calendario del convento de las hermanitas de las Sagrada Paciencia.

Dulcinea mirando a su señor Alonso de Quijano .-Mi señor, os miro y remiro y no me parecéis vos. En vuestro rostro no hallo ese color tan característico de vos: encarnado como una flor que en invierno ni en verano nunca perdía si fulgor. Ahora parece un boniato.
Don Quijote con cara de resignación.- Es debido a mi hernia de hiato ¡Vive Dios! Que me hace pasar muy malos ratos.
Dulcinea .- ¿Sólo eso, mi señor? Por las noches soñáis, con desenfreno tembláis y sudáis, a mis posaderas con inusitada fuerza os agarráis a la vez que gritáis: ¡capullo! ¡memo! ¡Caray! Que la que pasa mal rato soy yo, que me destapáis, por vuestra culpa cojo frío y me constipáis.

Don Quijote en actitud de pedir clemencia.- Tened paciencia mi señora y ama, que si os destapo por la noche de la cama es por una mala conciencia que a mi corazón llama. Un ruin, bellaco y malandrín, de apodo Castelar, enajena mi alma y mi cabeza flama con la esperanza vana de algún día zurrarle la badana.
Dulcinea.-¡Pero vos, mi señor! Vencedor en mil duelos y batallas de Trafalgar a Tafalla, de lanza de punta de acero, ¿no le tomáis la talla?
Don Quijote, con resignación.- ¡Ay mi señora! Hoy hermosa dama que ayer fue la doncella más hermosa del Toboso a Navahermosa,.. ¡Es que no os podéis imaginar cual grande es la suya voz, su verso y su prosa!
Dulcinea.- ¡Tan grandes son sus cosas!
Don Quijote.- ¡Uy mi señora! Por todas parte le rebosa.
Dulcinea.- ¡Me asustáis mi caballero Quijano. ¿Y no tenéis por donde meter mano a ese villano?
Don Quijote.- ¡Calle mi señora! Que ayer le mande un correo a su privado y me mandó a tomar por el ano.
Dulcinea un tanto escamada .- ¡A vos señor, ahí os mandó de esa manera tan airada!
Don Quijote malhumorado.- ¡Como os lo cuento mi señora y dueña de mis pensamientos, a ese negro lugar me mandó con acritud en su mirada!

Dulcinea en voz baja y pensativa- ¡Cáspita! A mi señor y dueño de mi honor le han mandado a tomar por donde se ponen las lavativas... ¡Que cara! .- ¿Y que pensáis haced de ese que tan vilmente se ríe de vos? ¿Habéis previsto como el entuerto desfaced?
Don Quijote.- No señora, no lo sé.
Dulcinea.- Hacer algo y deprisa es menester. Que un follón se ría de vos no es de recibo, no quiero que nadie diga que a mi señor un bellaco “le come los higos” de esa manera.
Don Quijote ( por lo bajini) .- Esta noche yo a ti si que te voy a comer la “breva”.
Don Quijote.- ¡Esa es mi pena! Que ese rufián de Castelar me tiene el “coco” en la trena. Preso de él me hallo. Le insulto, le descalifico, le llamo de todo y todo lo malo le proclamo y el muy ...(censurado) que me sigue mandando a tomar por el ano.

Dulcinea.- ¿Y no teméis señor de La Mancha con tanto mandaros a esa pedanía, la cosa se os va a poner demasiado ancha?
Don Quijote.- ¡Pues esa es la pena mía! Que como me siga profundizando esa vía, con cuerda habré de comer las judías.
Dulcinea.- Yo que vos, a ese “morlaco” en todo lo alto le pondría tres pares de garapullos por ruin y por bellaco.
Don Quijote pregunta intrigado.- ¿Qué es un garapullo?
Dulcinea de muy mala leche.- Lo que sois vos, querido Watson. ¡¡¡UN CAPULLO!!!

Castelar- 

  

04/11/2003