EL SENTIDO DEL RESPETO
¿Que es el camino?
¿Recuerdas cuántas respuestas ha encontrado tu mente?
Entonces te he preguntado: ¿Que es el camino?
Y tú, llorando me has contestado: No lo sé...
Y tus ojos ya brillaban de alegría, porque en ese
momento lo habías sentido, visto, encontrado y
comprendido y habías iniciado... ¡Tu camino!!!
Con frecuencia, los seres humanos no solemos hacer caso a las cosas que nos rodean, y nuestra indiferencia nos hace ser irreverentes y olvidarnos del sentido del respeto.
Pero el amor es el que enseña a tener consideración hacia todas las cosas y el que nos permite descubrir el sentimiento que considera importante y necesario a todo ser viviente. El respeto es la consecuencia natural del Amor; es la atención prestada a las necesidades de los demás, es el saber valorar y tener en cuenta su presencia, es lograr vislumbrar y considerar el esfuerzo en nuestro camino y saber aceptar un gesto de amor en nuestros enfrentamientos... Es saber leer entre líneas y saber escuchar, tras las palabras no pronunciadas, un dialogo de amor. Y el Amor es el único fuego que no quemará... ¡el bosque!!!
En el fondo, el respeto hacia los demás equivale a un respeto hacia su libertad. Quizá resulte superfluo decir que la libertad no consiste en tener... derecho... a hacer todo cuanto se nos antoje. La libertad que defiende el respeto, el verdadero respeto y no el derivado por toda una serie de formalidades basadas en la convivencia, es la del Espíritu. El verdadero derecho a la libertad es el de SER, y este es el derecho que debemos conceder, ante todo a nosotros mismos.
Tan sólo cuando, como mínimo, hayamos percibido en nosotros la extraordinaria importancia de esta libertad, podremos mirar las cosas con ojos distintos, conscientes de una verdad que, por desgracia, todavía muy pocos hemos logrado descubrir. Y esa libertad no tiene nada que ver con unos ideales de cualquier otro tipo, porque no hay ninguna utopía en infinita libertad del SER.
No hay palabras que no sean inútiles cuando se quiere intentar explicar una verdad porque, cada verdad que percibe nuestro Espíritu en el instante de la intuición, es vivida individualmente, personalmente y en el momento justo. Quizá lo que sea posible decir es que cada alma conoce esta libertad y sabe que, para conquistarla, tan sólo debe decidirse y ¡escoger el Amar!!!
Ellaladelaluz
24/06/2003
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