DEL AMOR AL SEXO
Me asaltó ese pensamiento o ese sentir determinado un poco antes de empezar, si soy sincera tendría que recordar que no había reaccionado igual cuando me anunció su visita. En otras ocasiones casi me saltaba el corazón de inquietud y alegría, se agolpaban en mi memoria momentos anteriores compartidos y esa cosa tonta de sentir que parece emocionarte el estómago y se sube hasta la garganta pasando por el corazón, y le soñaba despierta a cada instante mientras me preparaba en cada pequeño detalle para el encuentro.
Esta vez fue diferente, una especie de tranquilidad ausente me invadía, seguía haciendo mis cosas cotidianas ajena a las pocas horas que faltaban para el encuentro, no escogí meticulosamente la ropa que iba a llevar ni me esforcé en sorprenderle con una cena especial.
No digo que no me gustara, pero tenia que esforzarme casi para sentir y antes de terminar ya me había dado cuenta. No tengo ni idea de si a él le pasaba lo mismo, en realidad cuando uno se enfría le importa ya poco lo que sienta el otro, pero me supo mal. Me dio pena sentir con claridad aun antes de terminar que ya no me acompañaba la emoción de antes.
No pude repetir otra cita, yo siento que algo duele cuando se ha querido y eso ya no existe, compartir solo sexo con una persona que se ha amado no me es gratificante, el sexo a ese nivel lo concibo en relaciones que desde el principio fueron solo eso, sexo y cierto cariño descafeinado, no exento incluso de amistad, pero muy alejado de ese sentimiento que nos hace temblar al verle llegar, de eso que aunque cada uno lo viva de diferente manera todos sabemos que es lo más parecido al amor que conocemos.
Con alguien que quise tanto no puedo hacer el amor, precisamente porque le deseo lo mejor y yo ya he dejado de darle lo mejor de mis sinceras caricias, no me parece bien utilizarlo solo para el placer físico.
Y así fue cómo aquello murió, antes de dañar no estando en la misma onda y no dando en la misma proporción que recibes, preferí decirle adiós. Sé que le dolió, pero era mejor hacerle daño ahora que correr el riesgo de que tuviera que soportar una traición, me gusta ser fiel y cuando el amor se ha ido eso se vuelve más difícil, prefería no correr riesgos con mi propia conciencia ni con el respeto que le tenia.
Esta historia fue así, del amor al sexo y al adiós, justamente donde otras personas se sienten más liberadas yo me siento más indiferente, no me compensa. Ese placer se me enturbia al terminar o en medio, me asalta sin querer esa sensación penosa de que quisiera amarle y ya no puedo.
Querer...eso es otra cosa, querer se puede seguir queriendo, pero no es necesario dar tu intimidad para ello, ni siquiera lo veo prudente. Solo es una historia más de tantas, lo sé, pero hoy he estado pensando en él, sé que no comprendió que rompiera aquella relación hasta ese día maravillosa, pero fue el día en que aquello se perdió en mi corazón aun en contra de mi voluntad y yo soy muy mala para fingir emociones.
Penelope24/02/2005
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