NAVIDAD 2004

   

No hace mucho, el día de antes de Navidad, se me ocurrió abrir el MSN para contestar los posibles correos que tuviera. Hallé uno, de una antigua amiga, que me pareció tan superficial, tan impersonal y tan falto de contenido que, de inmediato, me puse a escribir la siguiente contestación:

"Me dijeron que la noche caía lenta y no me lo creí porque todo pasaba demasiado deprisa, incluso tu distanciamiento. Sigo sin creérmelo porque todo sigue pasando deprisa y no quiero que la oscuridad que te ha atrapado a ti, me alcance a mí. Quizá porque ahora, en estas fechas, (hoy), toca más que nunca enviar unas líneas a los amigos, pero tampoco creo en ello, si es por obligación.

Simplemente, sin añadidos ni aditivos, sin campanillas y sin renos, con toda la calidez de mi corazón: que seas muy feliz Mari-Angus.

Un beso.”

Afortunadamente la línea no me funcionó aquel día y no salió el mensaje. Seguramente, ella hubiera “pasado” de la memez en forma de cordura moralizante que le había escrito. Seguramente, hubiera pensado para sí: “Este tipo nunca dejará de ser un niño estúpido, que se cree con el deber de darnos lecciones de sinceridad social a los demás”. Hubiera tenido razón.

Lo más jodido de este asunto es que hay gente a la que aprecias de verdad, -porque piensas que todos tus amigos son diferentes, especiales, que se escapan al estereotipo social más común y porque hay unos cánones en ellos que se escapan a lo general-, y, al final, te tratan con la más fría de las delicadezas.

Aquélla felicitación de Navidad, -seguramente hecha con todo cariño-, me hizo odiar todo lo que suena a fabricación en serie. No podemos demostrar nuestros afectos como transportados en una cinta para ser expedidos en serie como los muñequitos de las pilas alcalinas. Prefiero una simple palabra en negro sobre blanco -aunque sea a destiempo; y si lo es, mejor- en la que se distinga perfectamente un atisbo de personalidad de quien la emita y de sensibilidad hacia ti, que una muy bien parida perorata gastada y aprendida, en colorines multicromáticos que se enciendan y se apaguen llamándote la atención.

Les deseo a todos una feliz terminación de fiestas y que, para este año que comienza, se cumplan todos los sueños que esperan. 

   

_Cimon_ 

01/01/2005