Y NO GUSTÓ, POR CIERTO...

   

De morir en los infiernos era la apuesta de vida en juego
mas se le fue el tiempo en tanto y tan blando imaginar
que al final ni infierno ni cielo pudo acariciar la...desenfundada mano.
Aunque creo recordar que eso ya lo colé en otra ocasión
y no gustó por cierto.

Más, debida es una gran verdad, inmerecida en demasía diría yo,
si a las palabras del infernal lugar le quisiéramos poner detalle,
no mintamos por un instante...que si es cierto que pueda no haber talle
no descartemos que la talla pudiera ser grande para el del talle.
He aquí la peregrina y real explicación solo ajustada al lugar;
que una calle y sonría y el otro oculte de forma tan infantil los bailes.

Siempre hubieron clases, diferencias y puntos y apartes
los que creen que todos son del mismo almidón; y usted y yo cabrón,
y los que mantienen la testa fuera aunque se vengan aquí a la siesta.

De morir en los infiernos era la apuesta de vida en juego...

¡Qué gran victoria seguir viviendo en sí sin serlo,
seguir gozando sin tocar, arrancar vítores rufianes, encelando,
excitando, acalorando, despertar ternura o cabrear!.
Si...mieles de casi maestría en horas perdidas he probado y deleitado,
veniales escarceos pactados, robados a la ingenua mojigatería de un momento fugaz.
¿Cómo podría yo, tan pecadora, robarle comprensión a ocasión similar?.

Lo que ya no se entiende ni aplaude es esa tendencia
a narrar historias peregrinas en otra hora y lugar.
Que se sepa, mentir fuera del juego es pecado mortal,
eso trueca observación admirada en indiferencia total.
Aunque sepamos que la mano no pasa de la piel de cebolla sideral.

Sin ánimo de a otro ratón robar el queso fugaz
ni por un foro de momento, que siga la procesión.
Ustedes a lo suyo, hagan foros y yo a callar,
como vengo haciendo a pesar de los del imaginar.

Salivera

Pd. El juego muy divertido, lo de fuera, lo dicho; pecado mortal. Los detalles hay que cuidar, son los que acaban haciendo al rufián caballero y a la verdulera dama imperial.  

23/04/2005   

RE:

Hablando de tallas y talles, hablando de tantos y blandos,
hablando de fundas y desenfundadas,
ay! señora mía, que hablando quedamos,
que de lo que se habla y en segundas se toma,
porque de primeras no se entiende, en entuertos se pierden.

Y aunque la vida vaya en ello (y en los infiernos no vemos),
calle y ría a la vez, no se comprende porque no pueda ser,
que uno hable en serio y otra, (vez pida por entenderlo),
aunque ponga puntos, y aparte para diferenciar bien claro,
las comas, con suficientes y necesarias abundancias, ponga,
que no se entiende lo de cabrón, si lo llama a alguno o si lo es un yo.

Y bien pudiera ser, señora suya, que ponerse por poner,
que uno se esconda en una calle y tenga parte en la acera de enfrente,
que aunque no sea mío el caso, (pero si la ocurrencia),
los hay muchos de esos, aunque no hable de ellos, ni de lo de ellos,
que hablaba de los que tocan altas campanas estando por el suelo,
y el badajo, aquí, por lo bajo, solo era para hacer sonar la campana.

Enhorabuena por lo vivido, disfrutado y servido,
que entiendo yo, que es muy dueña de darlo y aceptar,
lo que no entiendo tanto, es de qué me habla,
qué escribe, de qué y por qué he de pecar,
que aunque entiendo que es un juego, es solo para disfrutar,
para usar de la palabra y poco más.

Cada ratón es libre, pero fuera de pantalla.
En la pantalla todo queda atrapado y de segunda mano,
todo queda expuesto, pero que muy tapado,
todo llega muy dentro pero sin acercarse.

Y los detalles cuido, que los hay que por un detalle
al caballero hacen rufián, y a la dama imperial bajan del pedestal
y la convierten en verdulera, cuando no en mujerzuela,
que es menos trabajoso por un detalle bajar, que eso lo hace cualquiera,
que por muchos subir, que cuesta lo suyo, tiempo y alcurnia.

Le admiro, no obstante, su ingenio en decirlo,
su juego de palabras, en definitiva su fuego,
aunque no esté dispuesto a morir e ir a los infiernos,
aunque de un juego se trate, y es que ¡la vida va en ello!.    

Invitado

25/04/2005