NO ME GUSTA LA NAVIDAD
Según he ido acumulando años, las navidades fueron perdiendo su magia, transmutándose de una fiesta de la ilusión, en una familiar, el rito se fue haciendo mito, y paulatinamente hasta esa parte se ha perdido, actualmente estas fiestas son para mi una pesadilla de la que desearía despertar con rapidez el día 7 de Enero.
Desde que mi mente pudo hacerse una vaga idea de lo que era la realidad del mundo jamás entendí ese afán por desearnos felicidad unos a otros, por mostrar buenos sentimientos solamente estos días del año, nunca he comprendido bien el motivo, quizás nos colocamos la careta de buenos por uno días, para tranquilizar nuestras propias conciencias, quizás solo se deba a la euforia de unas jornadas de asueto invernales.
Cabe también la posibilidad de que la reminiscencia atávica de nuestra cultura, los medios de comunicación, o la machacona publicidad consumista, tengan algo que ver en el pseudo comportamiento angelical que tenemos en las fiestas navideñas, en todo caso, no me gustan estas fiestas, ni la paz y bienestar con fecha de caducidad que deseamos y fingimos tener.
Prefiero menos deseos de felicidad y más sinceros a lo largo de todo el año, una palmada en la espalda, estrechar la mano de un amigo, un abrazo, recibir un beso de unos labios enamorados, en cualquier día del año, sin motivo, solamente porque quien nos da el beso, el apretón, la palmada o la sonrisa así le apetece hacerlo, porque sí, o por que de verdad le importas o te quiere, y lo hace con sinceridad, sin fecha de caducidad.
Un guerrero bárbaro, al que cada día le gusta menos la civilización.
Gwendall
22/12/2003
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