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_____El blog de los Cuarentones

REALIDADES

REALIDADES

Se ha mencionado un tema que conozco de cerca y en atención al deseo de esa forera a la que le gustaría que un foro fuera una mezcla de realidad y fantasía, comentemos si no es demasiado pedir que se saque por algún momento la cabeza de debajo el ala.

Atendemos a menores con lesiones por maltratos físicos, desde quemaduras de cigarrillo hasta hematomas, pasando por abusos sexuales. Los maltratos psíquicos desgraciadamente pasan mucho más desapercibidos siendo lo suficientemente importantes, sin embargo, son más difíciles de detectar.

Estamos viendo el crecimiento de bandas callejeras al estilo latinoamericano, las modificaciones de la ley de protección al menor junto a nuevas medidas que van bajando la edad penal y aumentando el tiempo de internamiento. Las reivindicaciones de la misma administración solicitando centro intermedios de internamiento para aquellos menores que sin haber delinquido no pueden estar bajo la custodia de su familia por el mismo comportamiento del él o por el de sus padres. Los centros de acogida están aumentando sus plazas en muchas comunidades y acogiendo también a cada vez más niños de familias emigrantes, acostumbrados y venidos ya a este país con hábitos propios de un gran desarraigo familiar.

Pero no estamos viendo ya niños pertenecientes a familias marginadas como hace unos años, ahora están también en centros de acogida menores pertenecientes a familias de clase media-alta y con un nivel cultural universitario.

  
Un menor llega a un centro de acogida por dos razones; maltratos o por su comportamiento. Pero un trastorno de la conducta que obligue a un menor a tener que ser separado de su familia, implica necesariamente un vacío de cuidados adecuados previamente que implica a toda la sociedad y no únicamente a la familia.
Es cierto que se han perdido valores, es cierto que la formación en la enseñanza es cada vez más deplorable y es cierto que las familias son cada vez más pensión y menos familia.

Es solo un apunte pero me sentía en la obligación de poner esta pincelada de realidad de alguien que ha curado lesiones en cuerpos pequeños, algo a lo que es imposible acostumbrarse.

Les aseguro que he reprimido la crudeza de algunos casos presenciados.

SNIKO

08/10/2005

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Por supuesto que hay menores que hacen daño, incluso matan. No siempre esos menores pertenecen a familias que lo han hecho demasiado mal pero casi siempre hay carencias importantes en la vida de ese menor.
El niño no solo está únicamente sujeto a la influencia de la familia, inciden en él varios ambientes con sus señales que el niño percibe en el aprendizaje hasta llegar a ser adulto. Está el colegio, los medios de comunicación, los amigos...

Que nadie se lleve a engaño, la familia no educa en exclusiva al niño, el niño capta y aprende de todo su entorno. La familia es un pilar importantísimo de referencia para él pero no es suficiente para abstraerlo de otras influencias negativas que recibe desde varios frentes. Una familia modélica (si las hay) de hoy día, tendrá un niño más fuerte y más equilibrado para reciclar toda la información contradictoria que le viene de otros frentes, dependerá ya de muchos otros factores, incluso de la personalidad del propio niño lo que le lleguen a afectar.

Un niño crece, se desarrolla y se educa con la referencia familiar y el resto de su entorno, ninguno de esos ambientes podemos aislarlos y responsabilizarlos por si solos. Somos todos los responsables de lo que está funcionando mal en la sociedad, todos menos los niños.

Todos somos verdugos y víctimas, el niño es siempre la víctima que si no se remedia acabará siendo verdugo.

  

SNIKO

08/10/2005

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RE:

Gracias por perfilar este tema desgraciadamente tan conocido de cerca por algunos.
Quería apuntar, Nico, que al referirte a familias desestructuradas al vez alguien pueda asociarlo a hijos de padres separados y eso seria un poco focalizar la causa de forma injusta.
La familia desestructurada es hoy día algo que ya no nos causa asombro, es cierto, pero de un matrimonio roto no salen niños con problemas necesariamente, lo digo por una respuesta que yo tampoco he entendido más abajo.

Entiendo por familia desestructurada a toda aquella que aun estando bajo el mismo techo todos sus miembros, no mantienen un adecuado ambiente familiar, el ambiente que un niño necesita para crecer sano en todos los sentidos.
La falta de comunicación entre los propios padres y de estos con sus hijos, las discusiones violentas aunque solo sean verbalmente, el poco tiempo dedicado a estar con los hijos, el desorden en los horarios de los niños, el aislamiento de alguno de ellos o de varios, el ocio no compartido en familia, el distanciamiento que la vida actual provoca con el resto del clan familiar, abuelos tíos, primos, etc.

Se vive todo muy aceleradamente y las relaciones familiares son una de las cosas que dejamos en el camino a medio atender o improvisando sobre la marcha. La familia actual, sin referirnos a la que tienen de base serios problemas, es ya una familia con factores predisponentes negativos. Por supuesto la crisis de valores importantes de tipo moral, ético o religiosos han influido, al igual que la enseñanza recibida desde la primaria hasta la universitaria muy por debajo del nivel que se tenia en otras generaciones.
Mucha tecnología parcializada y pocas humanidades dan como resultado saber poco de todo y añadir más inseguridad en el futuro.

Fíjate que hablamos de niños menores, pero es que los padres que tienen ahora treinta años ya sufrieron las consecuencias de una degeneración educacional y familiar, los errores se suman a lo largo de las generaciones.

No soy muy optimista con respecto a ciertos temas. Lo digo muchas veces, estoy segura de que me salva mi buen humor.

Milaabc

09/10/2005

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RE:

A mi también me gustaría apostillar algo acerca de este tema, porque me da la impresión leyéndolo, forero Sniko, que todos en este tema tendemos a ligar churras con merinas. Cuando hablamos de menores solemos meter en el mismo saco a niños maltratados y a los menores delincuentes, o, dicho de manera más precisa, que cometen hechos recogidos en la legislación como infracciones penales.

Respecto del maltrato infantil, lamentablemente sigue siendo la familia el contexto donde habitualmente se da este tipo de violencia (sin olvidar el maltrato institucioal o la explotación laboral y sexual). Mila las llama familias desestructuradas; yo las denomino vulnerables, pero está visto que nos referimos a aquéllas familias en las que se dan una serie de factores de riesgo y condiciones de vida que las hace más propensas a padecer episodios de maltrato infantil.

No sólo a familias monoparentales o con padres separados, también el hacinamiento, la escasa diferencia de edad entre hermanos, el abuso de alcohol o estupefacientes por algunos miembros de la familia, el desempleo, el nivel cultural, el encarcelamiento, la emigración y un largo etcétera. Pero independientemente de que se trate de una familia vulnerable o no, el problema está en que el entorno familiar no cumple con el papel de instancia de control social que está llamado a desempeñar en la educación del menor.

En cambio, si hablamos de menores delincuentes, se equivoca usted, Sniko, cuando dice que las últimas modificaciones normativas en el tema de menores han bajado la edad en que puede exigirse responsabilidad penal; antes al contrario, la última reforma estableció en catorce años la mayoría de edad penal que estaba fijada en doce. Los menores de catorce años están exentos de responsabilidad penal y parece suficiente para dar una respuesta a su comportamiento el ámbito social y educativo.

La ligazón entre los menores de reforma (delincuentes) y los menores de protección (maltratados) se da porque parece evidente que un menor de edad que observa un comportamiento delictivo reiterado es probable que al mismo tiempo esté sufriendo una situación de maltrato debido a la falta de cuidados o de atención de sus necesidades. Pero tiene razón el invitado de las 22:12 cuando dice que ello no es necesariamente así.

Una cosa es la teoría y otra distinta la realidad. Si hablamos de realidades, estimado contertulio, hay que convenir que a los centros de acogida únicamente llegan los casos más severos de maltrato. ¿Las causas? Diversas, pero especialmente la falta de recursos de la Administración y una interpretación errónea del "principio del superior interés del menor".

En fin, que las soluciones tienen que pasar necesariamente por la actividad preventiva y una adecuada atención a la familia y a la escuela, pero eso supone un costo que la propia sociedad no parece dispuesta a soportar. Por ello, como Mila, yo también soy poco optimista en la erradicación del problema e incluso en que pudiera siquiera minimizarse.

Perdonen la licencia.

El zocato
09/10/2005 

 

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RE: Forero Elzocato:

No meto en el mismo saco a menores con malos tratos y a menores con delitos, si he dado esa impresión discúlpenme. Mi profesión hace que esté cerca del problema pero no soy ni asistente social, ni abogado ni fiscal de menores, quizás tienda a englobar algunos conceptos porque lo mire desde mi óptica profesional en la que ambos grupos de menores tienen en ocasiones que pasar por mis manos y no puedo por menos que sentir interés por su problemática familiar.

Tiene usted razón pero fue un error al escribir de prisa que donde dije bajar quise decir subir, conozco perfectamente el cambio de la normativa en cuánto a la edad penal del menor. En realidad quería significar que se están intentando hacer cambios desde la administración con poco éxito porque la problemática, como muy bien usted indica, parte de una prevención en otros sectores de la sociedad.
Agradecí la aclaración de Mila en el perfil de la familia con factores de riesgo.

Hay un retraso considerable entre las modificaciones que realiza la administración, los insuficientes medios con los que cuenta y la realidad social del menor con problemas, porque si así los denominamos si puede aceptarme que se les agrupe en un mismo grupo. En realidad para mi profesión ambos son niños que parten de una serie de carencias, unos han desarrollado una serie de mecanismos psíquicos que alteran su conducta y otros no.

Entre ese desfase entre la problemática y los medios con que cuenta la administración me preocupa la falta de centros de internamiento para niños que sin haber cometido aún ningún delito, su comportamiento no hace prudente que estén en centro de acogida abiertos por el riesgo que para ellos supone que sigan en contacto con la calle. No son niños para estar en régimen de internamiento con los que ya han sido acusados de un delito penal pero tampoco en una primera fase pueden estar con la libertad de salir al colegio ni al Instituto solos. Desgraciadamente abundan esos casos.

También me preocupan los deplorables medios con que cuenta un centro abierto cuándo uno de estos niños desaparece una noche. Se avisa a la policía pero esta no busca al menor porque también carece de medios para dedicarse a ello, simplemente tienen los datos en los coches de patrulla, si lo ven por casualidad por la calle es devuelto al centro, si no es localizado se espera que el menor de señales de vida o vuelva a su familia y esta les avise.

Usted entenderá la impotencia que se siente cuándo en un caso de estos es encontrado un niño sin vida en alguna zona de la ciudad o ya fuera del caso urbano. Estamos hablando de niños que pueden tener muy pocos años de edad, por muy profesional que uno intente ser nunca se endurece lo suficiente como para que no afecte.
Sabemos que la ley del menor tiene como objetivo siempre intentar devolver a ese menor al núcleo familiar si eso es posible, pero uno se plantea si la administración está cuidando mejor al menor que la propia familia cuándo solo es cuestión de suerte que un menor en un centro abierto no se escape y ponga en riesgo su vida.

Tal vez deba pedir disculpas por introducir en este foro un tema tan desagradable como real.

SNIKO

10/10/2005 

 

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RE: Forero SNIKO...

Disculpe la tardanza pero no me gustaría dejar pasar la oportunidad para agradecerle el interés mostrado en sus amables letras. Hace ya unos años que me muevo por estos mundos virtuales y créame cuando le digo que no es fácil encontrar contertulios con la calidad personal que usted denota en sus envíos.

Sepa que he buscado con interés y sin resultado otras participaciones suyas, así que no se disculpe por introducir un tema que a la sazón encabeza la lista de los problemas más acuciantes e importantes, si no el que más, a los que ha de hacer frente la sociedad española.

Mi trabajo también me permite y obliga en ocasiones a tratar tanto con menores de edad víctimas de maltrato como con jóvenes delincuentes. Y tiene usted mucha razón cuando habla del desfase que existe entre las previsiones legislativas y la realidad social. La administración central aprueba las normas y atasca su viabilidad echando a espaldas de las autonomías la disposición de los recursos necesarios para hacerlas efectivas.

En materia de protección de menores (la que nos llevaba) a nadie escapa que faltan centros de acogida y que sobra mucha insolidaridad social. No digo ya situaciones de riesgo de los menores sino verdaderas situaciones consideradas de desamparo que o bien no se denuncian o bien no reciben la respuesta adecuada por falta de recursos.

Los padres tienen la obligación de velar por sus hijos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y proporcionarles una "formación integral". La imposibilidad de cumplir con tales deberes, inherentes a la patria potestad, supone una clara situación de desamparo y debiera implicar la tutela automática del menor por parte de la Administración, pero esto, como ya sabemos, no deja de ser pura teoría.

¿La falta de escolarización del menor, por ejemplo, es suficiente para apartarlo del entorno familiar? ¿la medida puede ser en ocasiones más perjudicial que beneficiosa? En fin, que afortunadamente existen personas en distintos colectivos, como el suyo y el mío, que al menos se plantean cuestiones semejantes, que empiezan a tomar conciencia del problema y están abiertamente comprometidos con la erradicación del maltrato.

Sin aún me lee, un abrazo.

El zocato

14/10/2005 

 

 

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