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_____El blog de los Cuarentones

FÁBULA DEL PILLA, PILLA AL LATEBROSO

FÁBULA DEL PILLA, PILLA AL LATEBROSO Erase que se era, en tiempos de heroicas andanzas, cuentan que en los campos de Castilla se fablaba de un noble caballero, del que se decía que tras regresar de la Cruzada, había bebido de las fuentes de la sabiduría en el mismo oriente y allí también había gozado de innumerables placeres. Una vez de vuelta dedicó su ser a hacer el bien con la palabra, con el gesto, de forma altruista, siendo siempre por ello querido por aquellos que tuvieron la fortuna de encontrarse con él.

No quiso jamás ser conocido, tan solo ayudaba a quien podía y después se perdía con la misma levedad con la que había aparecido. Tal era su bondad y fortuna que pronto se vio perseguido por una horda de conjurados que sembraron los pueblos de Castilla, Aragón, Navarra y otros territorios aún en manos del Moro, de bandos y encuestas con la sola ambición de desenmascararle, para desnudar su alma y robarle <>.

Una noche de verano el hombre Latebroso despertó sobresaltado, pues una pesadilla le había robado el sueño. En ella, un caballero culto, místico, alto y de refinadas maneras, tocado con un yelmo negro y flanqueado por al menos dos conocidas idólatras ataviadas con túnicas purpúreas, acordaban extender su red de correveidiles, nutrida de gañanes y filipichines para que inquirieran en todos los rincones de los reinos con el fin de que alguien pudiera dar fe del virtuoso caballero.

Muchos fueron los encuestados, entre ellos alcahuetes malintencionados, empero llegó el punto que algunos renegaron de tales intenciones pues tan blancas sus almas habían quedado tras la experiencia con el Latebroso, que sólo cabía gratitud. Así pues, la obsesión se volvió en contra del triunvirato funesto pues las gentes de bien alertaron al campeón y éste, buscó nuevamente inspiración en sus sueños para combatir y desconcertar a sus proverbiales enemigos.

En uno de aquellos sueños, él mismo se encontraba al pie de un templo, en las escalinatas, junto a una joven y bella mujer, y al otro lado de ésta, se encontraba el caballero del yelmo negro con las idólatras. Sonaban los cantos de algunas aves y en un determinado momento la escena ensoñada cobró movimiento. En aquél preciso instante, la muchacha miró hacia un lado y al ver al caballero negro palideció. De repente giró su rostro albear hacia el Latebroso y surgió el rubor en sus mejillas. En él encontró abrigo y se acurrucó a su lado para recibir un casto beso del héroe en su frente. Desde aquella atalaya, su mirada se tornó serena e implacable hacia el caballero negro. Cesó el canto de los pájaros y resonó la dulce voz de la muchacha como un susurro:
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El Latebroso bajo el manto de abceso dice: << Sirva mi ausencia en estas tres jornadas siguientes de posible novilunio en las que se busque la paz y el sosiego, y lance un órdago en pos de la reflexión y el análisis para poder dar con el deseado. Que la fortuna os sea aliada.>>

MORALEJA: “Esto son habas contadas, así que a desgranar la vaína...”

PD: Con interés se recopila una buena información, base principal para salir invicto en todos los frentes.


Abel C.

Reposición: 21/5/2006  

1 comentario

Maria del Mar y otras yerbas -

Heleeeeeeeee, el Abelito. Debes buscar más de él... fue una pasada, pero creo que algunos años antes del 2006, me parece recordar.