SEÑORITA PRIMAVERA
Sepas que te has escapado, un año más, de las cárceles de la nieve... de los tentáculos del viento helado, y has venido a enseñorearte en el retazo del viento que te pertenece. Tu suspiro cálido ha besado ya a los almendros y a las ramas, hasta ahora escuálidas, como lanzas, de las acacias y los chopos.
Que sepas que has puesto tu grito en su savia, como un toque de gracia, y el eco se está tornando hoja y flor, amanecer y cadencia ilusionada. Has abierto los espejos del amor y las miradas son más dulces y las caricias más ilusionadas, y las palabras juveniles penetran más hondo por los pasillos de risas cargados de sol y de luna llena... de titilar de estrellas y de añoranzas preñadas de futuro.
Así eres de revolucionaria, primavera, cuando llegas taimada y coqueta, pisando tímidamente con tus zapatillas de luz. Aunque esto ya lo sabías; te lo han dicho los poetas que en el mundo han sido... Y a ellos ¿qué les das?... no sé si tu vuelo sobre sus frentes es inconsciente o premeditado... ocasional o alevoso... mi querida primavera, pero lo cierto es que tus alas se posan sobre sus sienes y la inyección de tu mágico halo les abre puertas y ventanas al cerebro, y por ellas penetra tu siembra de flores blancas de almendro, de hojas niñas que pugnan por ser adultas, de alfombras verdes... de aire tibio hecho jirones por el vuelo de mil mariposas y golondrinas...
Que sepas que has abierto los espejos del amor, mi querida primavera...
Eldoctorno
5/4/2004
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