AMIGO

Amigo, me dirijo a ti que me conoces.

Veo que se va aproximando la hora del adios. Amamos las cosas y nos aferramos a ellas, pero cuando las cosas se nos escapan de las manos, por causar tedio, siempre será mejor una retirada

No pensé en tu adios como algo serio y ya me pesa mucho tu silencio. Tú eras el alma.
Mi tozudez me siguió acercando a ti a pesar de tu indiferencia, y esa misma tozudez me sigue acercando a esto. Tú saliste de la plaza a hombros, yo saldré en silencio. Un silencio imperceptible para el resto, pues no dejaré vacíos.
Tu dejaste esto impregnado de tu espíritu y siempre me asomaré por si una sola vibración de el me alcanza.

Pierdo mucho al perder algo que quiero. Pero lo mío debe ser estar despojada de todo. Te perdí a ti, que nunca te tuve, y ahora pierdo al resto; porque a mi nadie me pierde. No se puede perder lo que pasó desapercibido
Sólo esperaré a mañana por si una luz se enciende. Cuando salga de esta oscuridad que me ha oprimido, vagaré por otros lugares; pero no olvides que siempre te llevaré conmigo

Crisalida-

30-10-2004