MECIDOS POR LA MÚSICA LA VIDA NOS REGALÓ LA NOCHE MÁS BELLA
Con las primeras notas del saxo, en la oscuridad, tu mano comienza a deslizar la cremallera de mi vestido. Tu respiración se acompasa con el chasquido de los dientes. Luego el vestido de terciopelo negro resbala desde mis hombros, como el aceite, descubriendo mi piel a la luz azul que entra por la ventana. Tu mano atrapa con afán de posesión mi cintura, no sin suavidad . Acercas los labios a mi cuello, lentamente, hasta a penas acariciarlo, para dejar escapar junto a mi oído una bocanada de aliento, casi un susuro. Entonces mi espalda se crispa y mis pezones se alzan desafiando tal vez el sonido que sigue brotando de la radio.
Me llevas al éxtasis contigo y por unos momentos creemos rozar el cielo. Para caer exhaustos, mi cuerpo sobre el tuyo, besándonos dulcemente y posando uno en los labios del otro un "te quiero". Permanecemos abrazados, yo acariciando tu pecho, tú peinando mi pelo. El ritmo del corazón normalizándose, la respiración adquiriendo su ritmo y te siento entrar en el sopor al que te va sumiendo el cansancio.
Sé que debo reiniciar mi vuelo y la mujer vuelve a dejar paso a la mariposa. Suavemente con el roce de mis alas dejo en tu boca un beso y en el aire, al compás del rítmico aleteo, un "hasta pronto mi amor", otra vez la vida nos regaló la noche más bella.
Hoynosoybuena
2/3/2004
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