¿TE ACUERDAS, AMOR?
Una atracción mútua nos había ido acercando el uno al otro durante meses, luego vino una pasión desbordante e inquietante, no tuvimos paciencia para esperar a conocernos y acabamos haciendo sexo a distancia, mis orgasmos oyendo tu voz eran hasta ese momento los más intensos que yo había sentido.
Cuando oia tu voz ya me humedecia solo de recordar los anteriores momentos que habiamos compartido haciendo sexo a distancia y cuando te oia jadear me corria una y otra vez imaginándote.
Sabia cuando me deseabas, hablabamos de temas muy diversos y de repente bajabas el tono de tu voz, la volvias tierna y casi entrecortada, al principio no te decía nada y esperaba que tu iniciaras unas frases que nos aproximaran al tema del sexo, pero luego era yo quien acababa preguntándote, ¿me deseas?, si...respondias tú, con aquel tono que tanto me excitaba.
Pero nos faltaba culminar aquella pasión de forma real y física. Nuestro primer encuentro fue en una cafeteria, quedamos a tomar café despues de la comida.
Los dos estábamos nerviosos y aunque habiamo acordado que no hariamos sexo necesariamente y que aquel primer encuentro seria solo para acostumbrarnos a ver nuestros rostros y a asociarlos a la voz, los dos sabiamos en nuestro interior que acabariamos uno en los brazos del otro en una cama, que nuestra pasión a distancia se desbordaria para experimentar en nuestra piel todas aquellas fantasias eróticas que habiamos compartido por móvil.
Sentí verguenza cuando vi tu rostro sonriéndome, no pude evitar ruborizarme al pensar en las cosas que había compartido con aquel hombre que me abrazaba y me besaba como si fuera una antigua amiga.
Los primeros minutos, ya sentados en la mesa y frente a nuestros cafés, evitaba mirarte a los ojos y te hablaba atropelladamente del retraso que habia llevado el tren...de que la reserva del hotel no la habian realizado correctamente...de que hacia un dia de explendido Sol...
Fue entonces cuando pusistes tu mano sobre mi muslo en un gesto cariñoso para calmar aquel bombardeo de palabras que se atropellaban, entonces te miré a los ojos por primera vez y me sentí arrastrada hacia el fondo de esos ojos oscuros llenos de calidez, y los sentí hablar, vi cariño, pasión...y entonces comprendí que nos seguiamos gustando y deseando frente a frente.
Yo puse mi mano tambien sobre tu pierna y no se qué nos pasó...pero sin palabras supimos que ya no podriamos esperar ni un minuto más...
Tú deslizaste tu mano por debajo de mi falda, tus dedos apartaban hábilmente mi tanga...estás mojada...decias. Yo miré de reojo a los camareros para asegurarme de que nadie podia ver lo que pasaba debajo de nuestra mesa y mi mano buscó la cremallera de tu pantalón...
Nos corriamos al mismo tiempo, apenas unos minutos despues de empezar nuestras caricias, nos reimos mientras yo alcanzaba rápidamente una servilleta para pasartela por debajo del mantel.
Fue lo más tierno, desesperado, sorprendente y divertido que me ha pasado nunca.
Salimos a pasear ya relajados y riendonos de nuestro atrevimiento, fue cuando me abriste la puerta de tu coche cuando me besastes por primera vez, el beso más dulce, complice y apasionado que mis labios habian probado jamás.
Tucaricia
2/3/2004
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