LA INCERTIDUMBRE VIOLA MI INTIMIDAD

La viola tanto en ocasiones que dibuja ante mis ojos de asombro escena jamás imaginada. Es cierto que el ánimo es dispar en compartimientos estancos y secretos, íntimos y mucho más inexistentes en la realidad personal que en la mente de los ajenos que me contemplan a los ojos y en pantalla.

Pero también es cierto haber probado mieles que otros toman por fantasías trasnochadas y aunque no de forma dependiente, sino casual y esporádica, seguiré probablemente ahondando caminos nuevos porque si algo algún día me mata de emoción será la curiosidad. Mas puedo asegurar que jamás follaré con un gorrión, entendiéndose por tal una amplia gama de seres alados y tangibles, los unos por mi absoluto apego al tacto y los otros por pura convicción personal y ética. Por supuesto que entre ese último grupo no se encuentran los hombres casados, por si alguien tiene lectura equivocada.

Hace unos años alguien que me tenia hipnotizada me enseñó a disparar armas de fuego, no era para cazar hombres pero es fácil encontrar similitudes cuando la mente de una tiene esa facilidad para asociar. Mis víctimas eran jabalís y ciertas aves y yo que siempre había criticado las armas de fuego por su sola existencia llegué a disfrutar de conseguir no destrozarme el hombro primero y de acertar después.

Llevé mucho peor las noches al raso sin fumar y sin hablar esperando que se acercaran bajo la luz de la Luna, solo me compensaba que cuando él me veía temblar de frío me abrazaba para darme calor, no me daba cuenta de que a pesar del gesto su atención y su oído solo estaban en otro lugar donde cualquier sonido delatara la presencia de su único amor de aquella noche, el marrano. Tiempo después le hubiera disparado al hombre que me enseñó si se me pone a tiro, es el peligro que tiene mezclar amor con armas.

No se preocupe, nunca tuve un arma de propiedad, siempre me las dejaron prestadas, aunque desde esa época me quedaron las ganas de volver de cacería y sentir la emoción de vencer los instintos de tales animales cuando se encuentran bajo acecho. Me gustó más cazar jabalís, son más feos y hay que pasar frío y velar la noche pero se ponen de cara, las aves son más bellas pero siempre están lejos y da la impresión que se burlan de ti, para acertar el disparo hay que calcular las distancias midiendo longitudes de botellas -un día que esté aburrida cuento como me enseñaron- .Lo de cuestionarme el poder de haber tenido en mis manos la vida o la muerte solo me duró un minuto la primera vez.

Me place cuanto usted escribe porque para hacerlo es obvio que las neuronas le excitan el escroto y yo a ese señor lo venero con todos sus anexos, pero no necesita de ensoñaciones tales, si tanto le inspiramos acérquese, ella no sé pero de mi puede usted aun conseguir algo ya que tengo la impresión de que me encuentro sin amante y eso siempre me provoca venganza.


Atentamente,

Mila

PD. Que no se le baje la libido por el tema sacado, en realidad es una respuesta de invitación con sonrisa y guiño.

24/2/2006

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