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_____El blog de los Cuarentones

En ocasiones conservar es reinventarse

En ocasiones conservar es reinventarse

Pasan los años y la vieja alacena sigue conservando aquellas piezas de porcelana que un día se quisieron preservar de la destrucción, por considerarlas bellas, por guardar entrañables recuerdos, porque al mirarlas se despiertan querencias inolvidables o incluso vigentes, porque son y fueron parte de nuestra propia vida. Y pese a lo preservado con esmero nunca podrá olvidarse lo que no dio tiempo a guardar, está vivo en el recuerdo.

Y un día miras tras los cristales de aquella puerta y haces lo que no has hecho desde mucho tiempo, la abres. Tus manos van instintivamente a una de aquellas piezas únicas y la sacas de la alacena, al contacto con tu piel se despiertan a miles de sensaciones olvidadas.

La memoria no es suficiente, tal vez sea necesario sacarlas de la alacena y volver a usarlas, que vuelvan a estar presentes a diario para disfrutarlas de nuevo, para añadir gotas de rocío a su vida y a la propia.

Lo que fue amado siempre se conserva, más o menos oculto pero sabes donde encontrarlo.

1 comentario

Nandy -

Que lindo. Me encantó. Hay momentos en que es necesario abrir la alacena. Aunque solo sea para acariciar los recuerdos.