TEJOS: (DEL COJO)
Sé que es muy fácil para usted, como lo sería para mí, evadirse de algunas verdades que le caen por aquí, por este sitio de páginas tristes y lágrimas calladas. También sé que no puede evadirse de usted misma ni de su pasado; esa es su desgracia, la nuestra, la de muchos. De hecho, es que nadie lo podemos, aunque lo pretendamos a menudo. Me jode tener razón muchas veces y en muchas cosas porque es que no me sirve para nada, por ejemplo, en ésta.
Y es que, en su balada dedicada a mí, apunta usted míseras trazas. A la vista está y no vale la pena comentarlo. Debe ser por su pasado lúgubre -por esas plazuelas de Dios-, del que se cuida usted muy mucho de no acabar de enterrar porque sería entonces cuando se quedaría con lo peor: Sin pasado y con un futuro trémulo. Prefiere usted sobrevivir siendo rehén de sus melancolías. Hace bien, nadie está dispuesto a regalar una calidez de por vida y, a veces, ni siquiera por un rato, tratándose de gentes como usted.
Sabe usted que su incontinencia verbal, sus desvaríos, sus excentricidades, le convierten a usted en una especie de onanista intelectual porque, tanto prodigar el foro, indica la auto-negación del solitario. Es decir, lo que los ingleses llamarían self-refusal.
No me gusta dar consejos, señora, pero, yo de usted, me dedicaría a quedar, sin importarme con quien, porque la vida hay que verla al natural, como si fuera una orgía, una fiesta, como algo a compartir. Si no quiere hacer el ridículo a la hora de la verdad, puede empezar a practicar conmigo, que soy fácil y aliñado.
Se me antoja que, su prolija producción literaria por aquí, es producto de su fracaso en la vida profesional, familiar y de pareja. Se le ve a usted como una fracasada, señora. Quizá cargada de talento, pero fracasada.
Finalmente voy a hacer un acto de caridad con usted, Dña. Tejos: Creo que es usted una dama con una fachada exterior un tanto alborotada, pero estoy seguro que, dejarse querer por usted y descubrir el fondo de sus veleidades, puede resultar una aventura cargada de sutilezas y entusiasmos.
Con toda mi admiración señora.
El cojito respondón. (De El Escorial).
P.D. Adjunto una coplilla en su honor, me ha caído bien.
Joé, tejos, que te va la poesía,
O las cancioncillas ,
O las baladas,
O las nanas,
Como a un ciego una baraja,
A un okupa una marcha,
(militar decía)
Y a mi tía
Una leche merengada.
Que le pones ilusión,
Y bemoles,
Y doscientas intenciones,
Pero a ver qué decepción
¡De cojones!
Se te llevan los lectores
Con tan pobre demostración.
Que aunque feo y paticojo,
(No de abajo,
Ni tampoco del carajo,
que tengo corto el refajo
como las musas del Safo),
todavía tengo el don
de regalarle un capazo
de letrillas, so pendón.
Y mi beso corazón.
19/3/2005
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